Con motivo de la instalación del nuevo período del Congreso el 20 de julio, es bueno traer a cuento algunas reflexiones en estos momentos de crisis, que avanza a pasos gigantescos tratando de llegar al pico calculado para mediados de agosto por los expertos pero que aún no tiene signos de solución cercana, dejando a su paso estragos económicos, desempleo, miseria y desigualdad creciente, en medio de una falta de gobernabilidad y de corrupción que destruye los pilares de esperanza de la gente más optimista del mundo.
Como es de esperarse el presidente Uribe-Duque pronunció su discurso cacofónico, reiterativo y mentiroso, como si no tuviéramos suficiente con su presentación diaria por televisión a las seis de la tarde, tratando de seguirle el ritmo a la crisis del coronavirus en forma despistada y como obsecuente mandadero de los grandes grupos económicos del país.
Luego vinieron las plenarias de Senado y Cámara para elegir sus dignatarios, sus presidentes, primeros y segundos vicepresidentes, secretarios y directores administrativos, en una función previamente arreglada entre las mayorías del Congreso, compuestas por el Partido Liberal, Partido de la U, Cambio Radical, Centro Democrático, Partido Conservador, Colombia Justa Libres, entre otros, que sí saben para qué sirve el poder del Estado.
Lo nuevo ahora es que la mayoría de los congresistas estarán “debatiendo” desde sus casas las políticas públicas del gobierno en esta primera sesión del Congreso en medio de la crisis del coronavirus, porque en 200 años es la primera vez que la instalación y designación de sus directivas se hace en forma virtual.
Por supuesto que trabajar de acuerdo como lo mandan los adelantos tecnológicos del mundo moderno no tiene nada de malo, es más, así serán todas las relaciones futuras del nuevo contrato social que inevitablemente tendrá que venir, si es que estamos todavía respirando en una unidad de cuidados intensivos, que se van agotando a pasos vertiginosos.
El primer envión duro para que la fracción parlamentaria democrática y progresista demuestre su talante y sus objetivos de lucha, con una denuncia a fondo de del régimen político, será en agosto, con la elección del defensor del Pueblo en la Cámara de Representantes, de una terna que enviará Uribe-Duque. De allí debe salir el nuevo “defensor del pueblo”, una figura mitológica y bufona como lo era en la edad media la cofradía de los cortesanos pero que no se dejan ver en estos momentos de violación de los derechos humanos y de la carnicería con los líderes sociales y de oposición.
La segunda estación del “viacrucis” es la tramitación del Presupuesto General de la Nación para 2021, el cual deberá reflejar con seguridad, la defensa de los grandes grupos y gremios económicos que manejan el país, para tratar de enfrentar la crisis con el menor gasto posible. “El gobierno haría un presupuesto enfocado en la reactivación de la economía acudiendo a mayor endeudamiento y a lo que establece el Plan Fiscal de Mediano Plazo”, en materia de enajenación de activos, es decir, vienen por todo lo que tenga olor a empresas públicas del estado. ¿Dónde quedará la renta básica para los desempleados, desplazados e informales de este país?
Luego, en octubre, el Senado deberá elegir el nuevo procurador general, de terna que envían el presidente Uribe-Duque, la Corte suprema de justicia y el Consejo de Estado. Como quien dice, “el parto de los montes”.
Ante todas estas marionetas de cartón, ¿qué va a pasar con la reforma a la salud?, ¿qué va a suceder con la reforma política-electoral?, ¿cómo va a quedar la implementación de los PDET, los Proyectos de Desarrollo con Enfoque Territorial?, ¿cómo van a legislar para cumplir los compromisos del Estado firmados con la Cumbre Agraria en el Paro de 2013?, ¿qué van a hacer para darle curso a los compromisos firmados por el gobierno con la Minga Indígena y campesina en el Cauca, en el extraordinario paro del 2019?, ¿qué va hacer el Congreso para cumplirles a los estudiantes y profesores el pacto firmado por el gobierno durante el paro general del 2018?, ¿cuál va a ser la actitud de las mayorías oficialistas frente al Pliego de Peticiones del Comando Nacional de Paro del Paro Nacional del 21 de noviembre de 2019?, ¿qué va a pasar con la violación de la soberanía nacional de la intromisión en territorio colombiano de los soldados norteamericanos sin el visto bueno del Senado de la República?
En resumidas cuentas, la elección del defensor del Pueblo y del procurador general, el Proyecto de Presupuesto General de la Nación para el 2021, y los proyectos de ley que tiene guardado el ejecutivo para “combatir la pandemia”, parecen ser toda una farsa montada desde el tinglado de la fantasía, pero a la vez un escenario propicio para ver quién es quién en el Congreso de la República por parte de los sectores democráticos y revolucionarios. Todos a la calle con tapabocas que digan "no más".