Como cuando te cruzas por la calle con el gordo Andrade, a quien no veías hace treinta años y que casi no te reconoce.
Era el feo del curso, gordito y atontado y jamás le conocimos novia. Ahora lo veo, enfrente mío, y carezco de palabras para describirlo. Anda divinamente acompañado, debe tener muy buen trabajo por las pintas que se manda y me aterra que quien deba dar excusas por el inclemente paso de los años sea yo.
En efecto, hay cosas que no concuerdan o, lo que es peor, concuerdan perfectamente porque tal vez la lógica de las cosas carece de cualquier lógica.
En primera instancia, vemos al Centro Democrático dirigido por el furibundo Uribe, convocando una marcha popular para el próximo primero de abril. Lo que llama la atención de forma loca es el motivo de la marcha: Contra la corrupción. Con las mil marchas que pudieron haber convocado, ¿por qué se les ocurrió precisamente esta?
Resultará anecdótico ver la primera plana de los periódicos del día siguiente mostrando una gran pancarta con palabras claves en contra de ese mal que nos corroe llevada a cuestas por el señor Ordóñez, el señor Zuluaga y los chiquitos del expresidente Uribe.
Plop como diría Condorito, al presidente Santos lo escudan
con fe ciega nada menos ni nada más
que los mismos que escudaron a Samper con su conocido escándalo
O como cuando vemos al presidente Santos, en medio del escándalo de las platas de Odebrecht y uno se pregunta, inocentemente, ¿quiénes son sus escuderos, quién está dispuesto a defenderlo a muerte para secundar la premisa “me acabo de enterar”. Pues plop como diría Condorito, al presidente Santos lo escudan con fe ciega nada menos ni nada más que los mismos que escudaron a Samper con su conocido escándalo. Cristo y Serpa, o Serpa y Cristo. Las vueltas que da la vida. ¿O será que la vida no da vueltas?
Y finalmente, cuando uno espera que quien critique con los dientes el acuerdo de paz sean todos los sectores del uribismo al afirmar (porque lo afirman) que ya hemos caído en las garras del movimiento bolivariano, resulta muy intrigante que quien lo critique sea nada menos ni nada más que un señor llamado Todd Howland, quien precisamente ocupa el cargo de representante del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, hace poco soltó unas perlas o frases demasiado preocupantes y hoy completamente válidas sobre la dramática situación de más de dos millones de compatriotas.
Hoy estoy aquí, dice en el Congreso, para comunicarles mi miedo. “Mi miedo por su país. Tengo un miedo muy grande de que la esperanza del Acuerdo de Paz con las Farc no va a producir la No Repetición de las violaciones de derechos humanos, para la gente que vive y ha vivido por décadas afectada por el conflicto, porque la realidad de la gente que vive en las áreas de influencias de las Farc ya está cambiando, y no es para mejor.
»Los procesos de paz son sostenibles cuando los acuerdos son bien implementados, y hay una manera evidente de ver una mejora en la situación de derechos humanos.
»Este proceso de paz con las Farc se puede decir que ya está mal implementado, pues ya hay impacto negativos en la situación de derechos humanos.”.
Palabras inquietantes para pensar.
Y hablando de…
Y hablando de inquietudes, es bien llamativo que el director actual de la Dian aseguró que desconoce la entrada de dineros no reportados durante su rol como gerente de la campaña. Y es capaz de afirmar que
"estos recursos no fueron informados por ningún miembro de la campaña a la gerencia de la campaña y por lo tanto no ingresaron de acuerdo con los procedimientos establecidos”.
¿Y es él quien se encarga, dentro de otra funciones, de estar al tanto de los lavados de activos?
