El 26 de febrero, el gobierno del presidente Gustavo Petro expidió el decreto que declaraba insubsistente al Secretario General de la Cancillería, José Antonio Salazar, por haberle adjudicado el contrato de los pasaportes a Thomas Greg & Sons. Ese mismo documento dictaba que su reemplazo en calidad de encargada iba a ser Paola Andrea Vásquez, quien trabajaba como consejera en la Embajada de Colombia en Estados Unidos.
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Justamente, esa era la Embajada que tenía a su cargo Luis Gilberto Murillo, quien para entonces ya llevaba dos semanas como canciller encargado. Él fue quien se llevó a Vásquez a Estados Unidos en diciembre de 2022 y cuando le cayó la responsabilidad de regresar a Colombia el de ella fue el nombre escogido para que siguiera siendo su mano derecha.
Un vínculo laboral de más de una década
Sin embargo, su relación no comienza en la Cancillería, sino que viene desde mucho más atrás. Ella, al igual que él, es oriunda de Chocó, ella de Carmen de Atrato él de Andagoya y, precisamente, fue en ese Departamento donde trabajaron juntos por primera vez. Cuando Murillo ganó las elecciones para ser Gobernador, el perfil de Vásquez, quien es contadora pública y cuya única experiencia eran cinco años en la Cooperativa Nacional de Trabajadores (Coopetraban), fue el que más le llamó la atención para ser su secretaria privada.
Luego, Óscar Gamboa, el elegido por el expresidente Juan Manuel Santos como gobernador encargado cuando Murillo fue suspendido, siguió confiando en los servicios de Vásquez, quien salió en 2014 para poco después dedicarse a cursar una maestría en Alta Gerencia. Una década después Gamboa y Vásquez se reencontrarían en Estados Unidos trabajando para Murillo.
En 2016, aún en la presidencia de Santos, Luis Gilberto Murillo y Paola Vásquez tendrían su segunda experiencia laboral juntos. Él como Ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible y ella como la Secretaria General. Mismo cargo que llegó a desempeñar a la Cancillería en febrero y que dos meses después pasará a hacer en propiedad.
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