Las relaciones entre China y Estados Unidos son una de las relaciones bilaterales más importantes del mundo. El hecho de que China y Estados Unidos cooperen o se enfrenten uno al otro deja relevantes impactos en el bienestar de los dos pueblos y en el futuro de la humanidad.
En noviembre de 2023, el presidente chino Xi Jinping y su homólogo estadounidense Joe Biden se reunieron en San Francisco y acordaron crear de cara al futuro una "Visión de San Francisco". De allí a esta parte, los lazos bilaterales tienden a recobrar cierta estabilidad, lo que es saludado por la sociedad de ambos países y la comunidad internacional, pese a que también han aumentado los factores negativos.
Recién, el 2 de abril, el presidente Xi y el presidente Biden volvieron a mantener una conversación telefónica, para encauzar las relaciones chino-estadounidenses hacia el rumbo de estabilización y mejora continuas.
El presidente Xi planteó 3 principios que deben regir estas relaciones a lo largo del año:
1- valorar la paz, evitar conflicto y confrontación, y generar expectativas positivas de las relaciones;
2- centrarse en la estabilidad, no crear o provocar problemas, no cruzar líneas rojas y mantener la estabilidad general de las relaciones;
3- basarse en la confianza, cumplir sendos compromisos y convertir la "Visión de San Francisco" en "realidad tangible".
Ambas partes deben fortalecer el diálogo basado en el respeto mutuo, gestionar las diferencias con prudencia, promover la cooperación buscando beneficio mutuo y fortalecer la coordinación internacional con el espíritu responsable.
El presidente Xi resaltó que la correcta cognición estratégica es y será siempre el “primer botón” que debe apretarse bien en las relaciones. China está promoviendo un desarrollo de alta calidad y una modernización de modelo propio, con el objetivo de darle al pueblo chino una vida cada día mejor y hacer mayor contribución al desarrollo sostenible del mundo.
China no transitará por el viejo camino del colonialismo, ni repetirá la búsqueda de la hegemonía de las potencias anteriores, ni menos aún exportará la ideología propia. EE. UU. debe percibir y comprender correctamente las perspectivas de desarrollo y las intenciones estratégicas de China y darse cuenta de que los respectivos éxitos de China y EE. UU. son oportunidades mutuas. Esto es crucial para promover un desarrollo estable, saludable y sostenible de las relaciones chino-estadounidenses.
El presidente Biden reiteró que EE. UU. no busca una "nueva Guerra Fría", no busca cambiar el sistema político de China, no busca armar y fortalecer alianzas contra China, no apoya la "independencia de Taiwán", no tiene intención de entrar en conflicto con China, cree que el desarrollo de China es beneficioso para el mundo y no busca contener a China o "desacoplarse" de China.
China espera que EE. UU. sea coherente en sus palabras y sus acciones e implemente en la práctica sus compromisos y buenas declaraciones.
El presidente Xi enfatizó que la cooperación de beneficio mutuo debe ser la base de las relaciones bilaterales. Ya sea en campos tradicionales como la economía, el comercio, la agricultura o en campos emergentes como el cambio climático y la inteligencia artificial, ya sea promoviendo la recuperación económica mundial o resolviendo temas candentes internacionales y regionales, China y EE. UU. tienen intereses comunes y deberían fortalecer el diálogo y la cooperación.
Sin embargo, EE. UU. ha adoptado nuevas e innumerables medidas para reprimir la economía, el comercio, la ciencia y la tecnología de China, y la lista de sanciones contra las empresas chinas se está volviendo cada vez más larga. Esto no conduce a la "eliminación de riesgos", sino a la creación de nuevos riesgos.
Si EE. UU. desea llevar a cabo una cooperación mutuamente beneficiosa y compartir con China los dividendos del desarrollo, nuestras puertas siempre estarán abiertas; sin embargo, si EE. UU. insiste en asfixiar el desarrollo de alta tecnología de China y privar a China de su legítimo derecho al desarrollo, China no se quedará de brazos cruzados sin dar respuestas.
Las relaciones entre China y EE. UU. no pueden volver al pasado, pero pueden tener un futuro mejor. El respeto mutuo, la coexistencia pacífica y la cooperación beneficiosa para todos son la forma correcta de llevarse bien entre ambos países. China está dispuesta a trabajar con EE. UU. para promover el desarrollo estable, saludable y sostenible de las relaciones bilaterales, buscar más beneficios para los dos pueblos y brindar juntos mejores bienes públicos globales a la comunidad internacional, y construir de la mano un mundo de paz duradera, seguridad universal, prosperidad común, apertura, inclusión, limpieza y belleza.