Las redes sociales (Facebook, Twitter, Instagram, etc.) nos han traído muchos beneficios, particularmente nos ayudan a mantenernos en contacto con más personas y a estar mejor informados de lo que pasa en el mundo. Sin embargo, sin darnos cuenta, promueven unos hábitos que terminan haciendo más daño que bien.
Tuve la siguiente conversación con una sobrina de 6 años.
— ¿Cuando tú estabas en el colegio tenías tareas en el iPad?
—Cuando yo estaba en el colegio y tenía tu edad no había ni iPad ni YouTube ni Google ni Internet y las pantallas de los computadores no tenían tantos colores.
—¿En serio, y aprendían lo mismo?
— No sé, yo creo que es muy parecido, pero hoy en día ustedes tienen más tecnología y más herramientas para aprender.
—¿Entonces nosotros salimos mejor preparados?
En ese momento la mamá le sirvió la comida y hasta ahí llegó la conversación, pero esto le habría contestado:
Hoy en día los jóvenes salen más “conectados” y mejor “informados”, pero salen con más inseguridades y vacíos porque en las redes sociales lo que importa es la apariencia y no la realidad. No importa si una fiesta está buena o no, lo que importa es que la gente crea que la estoy pasando muy bien. No importa si en mi día a día soy amable con mis hermanos, el mesero, el taxista y el portero, lo que importa es que la gente crea que me gustan las causas sociales y el medio ambiente. No en vano el consumo de alcohol, drogas y pastillas antidepresivas es cada día mayor.
La culpa no es solo de las redes sociales, hay muchos responsables, pero el gran inconveniente de Facebook & Cía. es que han logrado que verse bien sea mayor motivación a ser bueno porque lo primero lo puedo mostrar, lo segundo no. Como lo esencial es invisible a la vista, cultivamos lo secundario porque es visible, así no sea tan esencial para vivir bien.
De alguna manera y “sin querer queriendo” hemos caído en lo que tanto criticamos de los políticos: que hacen obras y toman decisiones de corto plazo que se ven en vez de hacer inversiones y tomar decisiones de largo plazo que no se ven pero que son vitales para un pueblo, una ciudad o un país.
Mientras sea más importante parecer que ser, el matoneo, la depresión y el consumo de sustancias psicoactivas seguirán en aumento en los jóvenes.
@acardenas999