Colombia, quiéranlo o no, vive una re-evolución entre clásica e inédita.
Miremos los hechos y datos. La alcaldesa dizque "verde" de Bogotá el día de su posesión el 1 de enero de 2020 dijo que una ciudad la había elegido, pero se posesionaba en otra. Se refería a que la ciudad del 27Oc19 que la eligió era una y la que expresó -y de qué hermosa manera, festiva, enorme y con puntos concretos sobre la mesa del presidente DuqUribe- el 21N19 fue otra.
Habría que agregar que se posesionó en otra y a raíz de la pandemia mundial por el Covid19, por Mar2020, también fue otra.
Estábamos en un Paro Nacional con dificultades por la sordera y arrogancia del Gobierno cuando llegó un paro mundial completamente inesperado que nos cerró literalmente las puertas a todas. Desde entonces el mundo es otro.
De pantallas y cables, líquido viscoso, toneladas de información a velocidades cada vez mayores sobre todas las cosas en todas partes. El Covid19 se encargó de mostrar que salud y ambiente son sinónimos y que el sistema de salud, que sigue en el debate, tenía que cambiar para poner el énfasis en la prevención.
Un asunto obvio que, no obstante, pretende escamotearse a punta de "jugaditas" típicas de la dictadura de corruptos que por décadas desmaneja lo público en Colombia. Con el paso del año del encierro, el relato de gobierno en todas las escalas se trastocó en la disculpa universal.
Mas o menos "todo venía perfecto, pero la pandemia". Los reacomodos dieron en todos los sectores y territorios, banca, industrias, comercios, academia, cuarteles, obispos y magistrados. Y cada cual se adorna por ser "sobreviviente" del desastre.
Algunas, así en femenino hasta que la equidad de haga costumbre, recordamos la nueva convocatoria del 28F2021, la agresión policial "sin Dios, ni Patria" y el estallido de tres meses literalmente a los tiros que volvió crónica la protesta en todas las ciudades pero hechos muy destacados en Cali y el Suroccidente, la caída de estatuas que los Misak llamaron de "Resignificación de la Historia" que también alcanzó al intocable Jimenez de Quesada en la Plazoleta del Rosario del centro de la fundación española de Bogotá.
Costó 83 vidas menos y no "un ojo de la cara" sino 104 para ser exactos. El hoy presidente Petro le pidió a la juventud la tregua electoral y la hubo con pancartas "Nos vemos en las urnas". Y nos vimos en las urnas, no una sino dos veces, primero cambió el Congreso Nacional y el Pacto Histórico es Gobierno hace un año largo.
Ha habido de todo, campaña infiltrada por dineros narcos desde la Costa Caribe, Benedettis mediante, que involucró a Nicolás, hijo del presidente y llegó hasta el círculo más cercano en la Casa de Nariño con suicidio del oficial de Seguridad del presidente incluido.
Igual la propuesta de Paz Total da pasos políticos con el ELN y no hay semana sin combates y bajas en la lucha contra el narcotráfico y los asesinatos a líderes es pan de cada día. El país en términos ambientales es un desastre que cuando se llueve se inunda, hay caída de puentes, ahogamiento de cultivos y ganados, deslizamientos de laderas y cuando no llueve incendios y riesgos de racionamientos energéticos.
Con todo, se avecina la tercera jornada electoral el 29Oc2023, esta vez en 1.124 Municipios en 32 Departamentos, incluyendo las ciudades capitales y Bogotá, con la magia de que puede cambiarse la historia en cada parte porque nadie vendrá del municipio vecino a resolver los asuntos propios.
Todas tenemos los nervios de punta y escasamente atinamos a decir "Si no es ahora, cuando". Una oposición demasiado torpe en términos oftalmológicos en el remolino de las intrigas palaciegas, "los "Enriques" en lo suyo de pensar que el pueblo es pendejo.
Repitamos el título: Las re-evoluciones no son como se imaginan sino como van siendo. Ahí vamos.