Que en las neveras de CremHelado se empiecen a ver paletas Drácula es señal inequívoca de que se acerca la temporada de Halloween. Esta celebración internacional desde siempre ha estado muy arraigada en Colombia y fruto de esa fiebre por los disfraces en el país es que la marca tiene desde hace más de 30 años sus famosas paletas Drácula.
La Drácula ha marcado a varias generaciones. Los niños de los 80 y los 90 principalmente recuerdan con mucha nostalgia aquellos momentos de infancia donde, de la mano de sus padres, se comían una deliciosa Drácula el 31 de octubre.
Desde el mes de septiembre es costumbre ver estas paletas, pero muchos están disgustados con los cambios recientes que le han hecho a la paleta y que no cayeron del todo bien. Hace varios años la paleta tenía forma de vampiro, pero ahora es una capa que aunque bien es diferente a lo tradicional, le quita ingenio a la paleta.
Por otro lado y tal vez el punto principal de críticas es en cuanto a los juguetes. Por tradición, la paleta Drácula siempre viene con un juguete para los niños y en los 2000 se inmortalizó que el juguete por excelencia que traía era unos colmillos. Los niños amaban que les saliera los colmillos y se los ponían jugando a ser Drácula.
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Ahora, el regalo para este 2021 son unos monstruos armables escondidos en lugares y electrodomésticos cotidianos de la casa: un reloj, una cama, escaleras, lavadora, sofás, entre otros. Son juguetes que no traen nada novedoso aparte del reto de armarlos, considerando además que la generación que más está comprando la paleta son los adultos de los 80, 90 y jóvenes del 2000.
Los niños de ahora son todavía muy pequeños para entender la relevancia histórica que tiene la paleta Drácula en una sociedad colombiana que se alegra con detalles como estos, pero dejando de lado juguetes históricos como los colmillos la paleta pierde buena parte del atractivo que supo tener hace varios años.
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