Con la entrega del informe técnico del deslinde entre los departamentos de Antioquia y Chocó, en el sector de Belén de Bajirá por parte del Instituto Geográfico Agustín Codazzi a las comisiones territoriales de Senado y Cámara del Congreso de la República, se cierra una etapa y se abre otra en los 16 años de litigios por el territorio de Bajirá.
El informe es otro capítulo en los más de cinco siglos de disputas por el control del Darién (1508-2016). Por la trascendencia histórica y geopolítica que tiene este litigio, entre todos los que existen en el país, me propongo escribir varias notas sin el ánimo de alimentar grescas innecesarias entre antioqueños y chocoanos, sino como aportes para que los lectores comprendan los antecedentes de este conflicto, que a veces se ignoran y que se constituyen en elementos claves para comprender la dimensión del mismo.
Un debate que pinta difícil debido a que el Chocó, para evitar futuras disputas fronterizas en la zona con Antioquia, va a pedir el reconocimiento del territorio donde se reconstruyó Murindó, dentro de su jurisdicción por autorización de sus autoridades, en solidaridad con la tragedia del terremoto que destruyó a esta población antioqueñas de 1992.
Esta postura de los chocoanos pondrá la disputa en un contexto complicado, debido a que los líos de límites en la región entre antioqueños y chocoanos no son nuevos. Muchos por el desconocimiento que tienen de la historia de los litigios de límites en la región, durante y después del fin del colonialismo español, creen que este surgió a partir del año 2000, cuando la Asamblea del Chocó, elevó a la categoría de municipio al corregimiento de Bajirá, segregando del municipio de Rio Sucio.
Sus antecedentes datan desde 1508, cuando fueron álgidos los litigios de límites por el control del Darién, entre las Gobernaciones Veraguas y Nueva Andalucía, luego siguieron los de Castilla de Oro-Panamá, Cartagena y Popayán. Conflictos que nacieron antes que se crearan las Gobernación del Chocó en 1567 y la de Antioquia en 1569. De hecho, cuando se crea la Gobernación antioqueña se definen sus límites “entre los dos ríos, el Cauca y el río grande del Darién y el mar del norte”.
Cinco años después pierde sus dominios sobre la región actualmente en disputa, cuando en 1574, la Corona concedió a Lucas de Ávila, la capitulación de la Gobernación del Chocó. En aquella capitulación hizo una variación de los límites, entregando a la nueva Gobernación chocoana la jurisdicción sobre aquellos territorios.
De manera que, Antioquia perdió dominios territoriales a partir de aquella y durante toda la dominación española en la región. Pese a que la corona en la segunda mitad del siglo XVI, autorizó a las Gobernaciones de Panamá, Cartagena, Antioquia y Popayán, la pacificación las tribus indígenas chocoanas. Medida que generó arduas disputas no solo de las Gobernaciones, sino de las Audiencias de Santafé y Panamá y las órdenes religiosas de los Franciscanos y Jesuitas por el control del Chocó. Sin embargo, Antioquia no tuvo dominios administrativos reales sobre el territorio actualmente en disputa. Porque las veces que la Corona suprimió la Gobernación del Chocó, la administración de su territorio quedó bajo el amparo de la Gobernación de Popayán.
Antioquia expansionista
A partir de la independencia, arranca otro ciclo en las disputas limítrofes en la región, cuando la clase dirigente antioqueña estructura una doctrina de la importancia de los mares para su crecimiento económico y su desarrollo mercantil, sustentada en las recomendaciones del visitador Juan Antonio Mon y Velarde, quien en el año de 1784, en su conocida reforma planteo que Antioquia para su desarrollo debería tener salida al mar.
Es a partir de ese ideario que la clase dirigente paisa después de la independencia desarrolla una agresiva campaña política y económica para tener dominio en la región y salida al mar. El fin del colonialismo no significó un cambio en las disputas de límites por el control del Darién, ni tampoco en las pretensiones de Panamá, Cartagena y Antioquia de arrebatarle a Popayán el dominio del Chocó. Fue por eso que la clase dirigente antioqueña, en cabeza del dictador Juan del Corral, en desarrollo de su política de expansión territorial, propusieron en 1813 a la dirigencia chocoana la anexión del Chocó al Estado Soberano de Antioquia. Planes que fracasan en 1814, cuando los chocoanos rechazaron la propuesta antioqueña y se anexaron a Cundinamarca.
La anexión del Chocó a Cundinamarca fue porque no querían formar parte de Cartagena, ni de Panamá, ni de Popayán y menos de Antioquia, querían ser una provincia autónoma. Pero debido a las políticas expansionistas que pusieron en marcha las provincias vecinas como Antioquia, el Chocó, como mecanismo de defensa para conservar su integridad territorial contra las amenazas de desmembración de sus vecinos, prefirió seguir bajo el amparo del Cauca.
Es dentro de ese contexto que Antioquia desarrollar una agresiva campaña política para tener salida al mar y traza las primera rutas del futuro camino al golfo de Urabá para desplegar el proceso de colonización hacia occidente y Urabá.
Salida al mar que logró después de intensas maniobras políticas y económicas de Francisco Montoya, Manuel Arrubla, Juan de Dios Aránzazu y otros políticos y comerciantes, quienes por las calidades de prestamistas del gobierno, tuvieron gran influencias en las decisiones del gobierno de Santander. De hecho, lograron que su gobierno en 1830, segregara del Chocó, la banda oriental del río Atrato desde la desembocadura del río Arquia hasta el gofo de Urabá y la anexará a Antioquia.
Por esta decisión del gobierno de Santander, se desató otro ciclo en los litigios de límites en la región, entre antioqueños y caucanos, debido a que el Chocó desde 1824 como provincia formaba parte del Cauca. Pero en 1832, cuando se promulgó una nueva división política del país, después de la disolución de la Gran Colombia, dicho territorio volvió a formar parte del Chocó.
De allí en adelante empezó un arduo litigio por el dominio del territorio de la banca oriental del río Atrato desde la desembocadura del río Arquia hasta el golfo de Urabá entre antioqueños y caucanos. Disputas y aspiraciones antioqueñas que tuvieron asociadas al control de la navegación por el Atrato, la expansión de la frontera agrícola, la explotación de maderas, la apertura del camino hacia Urabá, la internacionalización del comercio y la construcción de un futuro canal interoceánico.
Por eso los antioqueños forzaban unas nuevas definiciones de límites en la región. En respuesta a sus pretensiones en 1847, el gobierno determinó que toda la región pertenecía al Chocó. Un año después, en otro proceso de negociación política con participación de poderosos comerciantes antioqueños, en 1848, el gobierno de Tomás Cipriano de Mosquera, de nuevo cedió aquellos territorios a Antioquia.
Los litigios continuaron hasta 1850, cuando el gobierno de José Hilario López, los segregó de Antioquia y los anexo al Chocó. Pese en 1863, durante la Convención de Rionegro, los presidentes de los Estados Soberanos del Cauca y Antioquia, firmaron un tratado donde el Cauca cedía a Antioquia aquel territorio. Sin embargo, los legisladores caucanos no lo ratificaron.
Fueron tan fuertes los intereses de Antioquia por extender sus dominios hacia el golfo de Urabá y por tener salida a los dos mares que en 1885, grupo de líderes políticos antioqueños le propusieron al gobierno del Cauca comprar el territorio chocoano a cambio de dinero para la construcción del ferrocarril Cali-Buenaventura. Propuesta que fue también fue rechaza por caucanos y desató protestas en los dirigentes liberales del Chocó. La otra apuesta geopolítica de Antioquia fue orquestar la desintegración del Gran Cauca, cuyas rivalidades habían generado cinco guerras civiles.
@j15mosquera