“No podría decir si el nudista era hombre o mujer porque se tapaba la cara con una bolsa”
Yogi Berra, beisbolista.
Desnudarse en público, aunque sea en una playa nudista, requiere literalmente de valor desde donde se le mire y siempre se liga a que los valientes son generalmente quienes están afectados por la edad y la ley de la gravedad, y ya nada importa esconder tristezas. Eso creo desde este lado donde todos andamos vestidos e inhibidos de toda la libertad que se experimenta cuando se pierde el pudor, según aseguran los amantes de andar como Adán y Eva por donde se los permitan, con el fruto prohibido al aire.
En estos días de vacaciones, cuando se tiene la dicha de trabajar con tranquilidad, llegan noticias que amenizan el trabajo relajado de esta época y ponen a volar la imaginación que, en mi caso, es muy dinámica. Así, llegó a mis manos la noticia que con bombos y platillos andan anunciando los mexicanos, y es que están por celebrar la sexta edición del Encuentro Latinoamericano de Nudismo (ELAN VI), entre el 28 y el 30 de enero próximos, en el único lugar que tolera el nudismo en el país de los manitos: su embemática playa de Zipolite, en el sureño estado de Oaxaca.
Cuando a uno no le interesan ciertos temas, pues no los investiga. Pero después de haber entrevistado al organizador del evento quien asegura que sentir el agua, el sol y el viento en todos los rincones del cuerpo es una sensación absolutamente placentera y que nunca más se va a querer ir a la playa vestido, pues por lo menos nos pone a informarnos y a contextualizar esta conducta en la realidad cotidiana que se vive.
¿Cuándo y dónde nació el nudismo? Los católicos sabemos que hasta que apareció el pecado representado por la serpiente y la manzana en el paraiso, estar desnudo era normal. Pero cuenta la historia más reciente que el nudismo, o naturalismo, nació en Alemania en 1900 como un acto de rebeldía contra la industrialización y tuvo su mayor auge en los años 50 y 60 después de la Segunda Guerra Mundial.
Aterricemos el nudismo en Colombia. Si un militante de naturalismo alemán dice que al principio tuvo muchos problemas porque surgía algo de excitación cuando veía mujeres bonitas, piense por un momento cómo sería el asunto en nuestra jungla humana criolla. Es más, en poblados naturistas alemanes pasan el día biringos y así se van de compras y hasta hacen fila donde toque. ¿Se imaginan una subida a Transmilenio en esas condiciones, o pasar frente a una obra como Dios nos mandó al mundo? Si vestidas los piropos no siempre son los más floridos, qué tal en almendra. Claro que estoy exagerando, pero no sé si la desnudez sea lo más cómodo en todos los casos, como lo plantean sus militantes. Imagínense encontrarse al jefe en una playa nudista, o en la oficina pidiendo aumento de sueldo. Cómo dicen los muchachos, ni a bate. Es que todo tiene su momento, inclusive la desnudez.
Dice la información online de la Deutsche Welle que ”los nudistas convencidos no sólo se bañan desnudos, sino que hacen vacaciones en campos nudistas, reservan un viaje en un crucero nudista o hacen un safari nudista… ¡Safari!
¿Y en Colombia cómo estamos en esta materia?
El sitio más reconocido es Boca del Saco en el Parque Tayrona
¿Y en Colombia cómo estamos en esta materia? El sitio más reconocido es Boca del Saco en el Parque Tayrona, aunque las autoridades del lugar afirman que, oficialmente, no hay autorización para que pueda utilizarse para prácticas nudistas. Sin embargo, algunos turistas lo vienen realizando porque es un sector apartado de las zonas que se utilizan para camping. De hecho, según contó un periodista de la revista Soho, los taxistas locales dicen que hasta donde ellos saben, “ahí lo único que se puede usá e gafa".
¿Y quienes son las mujeres más lanzadas en nuestro país para practicar el nudismo? Los registros periodísticos cuentan que las caleñas. De hecho, en las playas de Cartagena —donde es cada vez más frecuente el topless— son ellas quienes están a la par con las italianas, las españolas y las brasileñas quienes eventualmente sorprenden a los bañistas con un desnudo heroico.
Si usted busca, hay más grupos naturalistas en nuestro mojigato país de los que se imagina. Encontré en Bogotá, Cali, Villavicencio, Quindío, Itagüí, por hablar de unos pocos y hasta grupos de WhatsApp solo para ellos. ¿Y qué hacen los nudistas colombianos en esos sitios? Paseos, juegos, integración, yoga, talleres nudistas de expresión corporal, partidos de voleibol, paseos, karaoke, baile… Es decir, hacen su aparición la flor de loto, el canto y el reguetón. Mmmm, no es tan fácil ser nudista. Sin duda, por más naturalidad que se les quiera imprimir, deben tener sus situaciones simpáticas. Piensen que en Bogotá le ofrecen paseo por los cerros. ¿Se imaginan? Y si es en clima caliente la caminata va acompañada de pica-pica, pega-pega, bichos y demás. ¡Ay no, gracias! Definitivamente, más allá de prejuicios, inseguridades y complejos la ropa también es protección desde donde se quiera mirar.
Miren la muestra del movimiento naturalista en Colombia registrada por Discovery Channel
Para que usted tenga claro, los nudistas tienen fuertes controles y se protegen entre sí mismos. Van desde niños hasta abuelos, no aceptan que se les mire como pervertidos ni como swingers y si usted quiere visitar una playa nudista, vaya bajándose de binóculos y miradas morbosas porque lo sacan.
Los mexicanos quieren posicionar su playa de Zipolite como destino nudista, naturalista, del mundo. Aunque algunos visitantes aseguran que es la cosa más asexual que han visto en su vida, quieren que se vuelva una fiesta del pueblo que les haga ver el potencial de recibir turismo nudista local e internacional. ¡En Colombia sí que sería una fiesta!
¡Un feliz 2016 para todos!
Hasta el próximo miércoles.
