Las penas de un recién egresado en Colombia

Las penas de un recién egresado en Colombia

Piden ajustar contenidos de estudio a la realidad de la industria

Por: Andrés Emilio Vargas
mayo 29, 2015
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Las penas de un recién egresado en Colombia
Foto: archivo Agenciasinc.es

Profesionales sin experiencia tienen sueldos inferiores a los USD600 mensuales.

Estudiar una carrera profesional en Colombia tiene un costo que oscila entre los $25.000.000 y los $120.000.000 El precio varía de acuerdo a la universidad que se escoja. Si es un centro universitario con acreditación de alta calidad, las carreras tendrán un precio más alto, principalmente si están ubicadas en las principales ciudades como Bogotá, Medellín o Cali.

Si bien este dinero no se debe desembolsar inmediatamente, varios de los aspirantes no cuentan con los suficientes recursos, por lo cual acceden a un crédito con el Icetex u otras entidades bancarias, que suelen tener una tasa de interés cercana al 0.8%. Así, endeudan a su familia y adquieren desde ya una deuda que esperan pagar una vez se gradúen, sin tener en cuenta que la terminación de los estudios no garantiza obtener un empleo y mucho menos bien remunerado.

Cuando después de tanto esfuerzo y noches en vela los estudiantes se gradúan de la universidad, empieza un verdadero suplicio que les hace recordar constantemente el momento en que eligieron estudiar determinada carrera. ¿¡Por qué estudié derecho y no ingeniería!? o ¿¡Por qué en vez de pagar tanto dinero en esta carrera que me tiene desempleado no monté un negocio!? son algunas de las frases más recurrentes entre quienes buscan un empleo una vez se gradúan como profesionales.

La verdad es que en Colombia conseguir un primer empleo como profesional resultan un poco difícil. En primer lugar, las empresas piden una experiencia mínima que varía entre uno y dos años, algo que resulta ilógico para un recién egresado que apenas acaba de hacer su práctica profesional. A esto se suman los requerimientos ente los cuales están: saber inglés, conocer suficientemente programas especializados de computación (que nunca se vieron en la universidad), y en algunos casos tener un postgrado.

Esto, a todas luces, muestra un panorama nada alentador. De hecho, Colombia es de los países que menos le pagan a su recién egresados, con un sueldo promedio de $1.200.000, nada comparado a los $8.200.000 que obtienen un ‘bisoño’ en un país como Australia.

Esta situación lleva a pensar que las universidades han sido un poco irresponsables, pues les interesa graduar estudiantes pero en varias ocasiones no se interesan ni siquiera por adaptar sus contenidos a las necesidades de la industria. Aquí una reforma a la educación clama por un cambio ya. En países como Alemania quienes estudian una carrera profesional inician sus prácticas desde los primeros semestres, y no al último como se hace en Colombia y el resto de América Latina.

No es raro que en Colombia más del 56% de los profesionales realicen funciones distintas a las de sus carreras de estudio. Bien se aplica el dicho popular de “arrimarse al árbol que da más sombra”. No se puede tener innovación si no hay políticas masivas de inclusión laboral. La ley del primer empleo, impulsada por Juan Manuel Santos, parece aplicarse un poco más para el personal no calificado, que realizan oficios de bodega, cocina y ventas, entre otros. Todo esto hace mella en el país. Quizá por esto Colombia ocupa el puesto 57 en materia de innovación, de acuerdo al índice de Competitividad Global dado por el Foro Económico Mundial. Si bien en América Latina ocupa el quinto lugar, no es un honor tener ese puesto tan malo.

Esto demuestra que la locomotora de la innovación no despegó. Esa fuga de talentos sigue, pese a que Colciencias con un programa que pretende darle un salario mínimo de $8.000.000 a científicos que se han ido del país y hoy son reconocidos doctores, los quiere de vuelta.

Las empresas deben abrirse a la innovación, y esta no aplica si para los procesos de contratación se establecen tantos requisitos. Científicos como Peter Drucker reconocieron que el conocimiento y la meritocracia deben ser los objetos para hacerse con los servicios de un nuevo trabajador. Esto, claro está, implica un cambio amplio en las oficinas de recursos humanos, que parecieran no tener una alternativa distinta al molde de las pruebas psicométricas y el Warteg.

Posdata: Si usted es un recién egresado piense seriamente en crear empresa. Ponga a trabajar sus ideas. Nada pierde con intentarlo. No le tema a la asociación. Aproveche la gratuidad de la web. Eso será más útil que pasar horas enteras, día tras día, en portales como computrabajo.com o elempleo.com Piense además en el crédito que debe pagar, porque el año de gracia puede pasar tan rápido como sus conocimientos si no los actualiza por medio de la lectura.

Andrés Emilio Vargas
@andresvach

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