Pobre Margarita Rosa, tiene prohibido envejecer. Desde que saltó a la fama le colgaron un San Benito, el de ser la Niña Mencha. Todo por aparecer con ese nombre en la novela Gallito Ramírez. Ella fue una de las primeras reinas en ser actrices aunque primero fue periodista, su rostro fue la imagen del noticiero 24 Horas en 1986 después de ser virreina en Miss Mundo. Y luego se descubrió que, además de ser una niña hermosisíma, Margarita Rosa era una mujer de un talante único.
Su despertar fue en Gaviota. Por favor, nada más vean alguno de los capítulos que está pasando RCN en la refritada del siglo. Pero fue mucho más que una actriz de telenovelas colombianas. Margarita Rosa es la protagonista de una de las mejores películas en la historia de este país, Illona llega con la lluvia, la adaptación de la novela homónima de Álvaro Mutis. Fue tan buena la película que Margarita se fue para España a trabajar en series con peso en Europa.
Pero, como es una súper artista, tiene voz y por eso fue una columnista exitosa, hasta que decidió cometer la osadía de meterse con el dueño de El Tiempo, Luis Carlos Sarmiento y vivir en carne propia la censura en un país donde está prohibido llevarle la contraria a los dueños de los grandes grupos económicos.
Ahora no necesita una columna para decir lo que piensa. Margarita tiene el twitter y cada trino es un pequeño haiku, un verso perfectamente construido. A sus 55 años De Francisco está envejeciendo con la dignidad aristocrática de una reina. Con un físico envidiable, haciendo ejercicio y cultivando su alma, hace poco se graduó de filósofa. Sus enemigos, que los tiene porque acá está prohibido opinar contra los poderosos, le sacan en cara la edad. Verdad, en un país como este las mujeres tienen prohibido envejecer. Es otra de las afrentas que debe soportar las mujeres en un país salvajemente misógino como este.