A veces las faltas no se ven. En el fútbol de más alto nivel se planifica todo, hasta como amansar a punta de pataditas invisible a sus rivales más talentosos. Esas pataditas acumuladas van restando la potencia física de los jugadores. Por eso al minuto 63 James en su último partido contra el Fullham estaba tendido en el piso con el tobillo hinchado. Al menos dos golpes visibles lo hicieron tender en el cesped y quejarse. En 16 partidos ha recibido 32 faltas bruscas, sin importar las pisadas, la tensión.
Durante años han señalado a James como el único responsable de sus constantes lesiones pero nadie se ha puesto a pensar que estas surgen del maltrato recibido a lo largo de su carrera. Los árbitros deben hacer más para proteger el talento, gracias a la magia es que la gente va a los estadios. Esta última lesión podría privarnos de James en los próximos dos partidos de eliminatoria contra Brasil y Paraguay.
James es el segundo jugador del Everton que más faltas recibe detrás de Richarlison.