Las palabras: una arbitrariedad con historia

Las palabras: una arbitrariedad con historia

Cuando nos comunicamos resulta preciso escucharle; el lenguaje es solo una norma que denomina lo que vivimos de cierta manera...

Por: Néstor A. Salazar D.
julio 30, 2024
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Las palabras: una arbitrariedad con historia

Una divertida y profunda nota de un buen amigo sobre la historia de las palabras utilizadas en las lenguas romances (que provienen del latín), inspira este artículo para resaltar un nuevo “mensaje del día” (#2): nunca asumas nada cuando interactúas con otra persona. Lo hagas personal o virtualmente, la limitación del lenguaje para que exista realmente comunicación invita a la reflexión que proponemos al amable lector.

Comencemos en tono ligero: en la vida diaria, en lo mundano, hay numerosos y hasta divertidos ejemplos del origen de las palabras. Ya en vísperas de introducir en nuestros hogares a los Robots Humanoides (tanto Tesla como empresas Chinas y Japonesas), recordemos que esta palabra se origina en el término “Robota” del escritor Checo, Karel Čapek, que significa trabajo forzado o servidumbre; esperamos eso sí que al revés de lo que advirtió Stephen Hawking y llevó al cine James Cameron, no terminemos nosotros forzados a trabajar y servirles a los autómatas que fabricamos; los creadores de la Inteligencia Artificial tienen esta enorme responsabilidad.

En inglés, Fuck expresa y significa enojo, cuando es el acrónimo de “Fornication Under Consent of the King”, el letrero que debían colocar fuera de su puerta los padres para tener intimidad (bajo autorización del Rey); peor aún es el anglicismo OK; lo utilizamos para asentir o decir que todo está bien, pero, durante la Guerra de Secesión era el letrero que colocaban las tropas para significar que en la batalla hubo Cero Muertos (0 Killed). Continuando con este idioma, denominamos Canguro a ese bello marsupial saltarín, como lo hicieron los ingleses cuando preguntaron a los aborígenes mediante señas como lo llamaban, ellos le respondían “Khan Ghu Ru”, que significa “No le entiendo”.

Hoy todos admiramos la belleza de las playas en la Riviera Maya Mejicana, características de esa Península Caribeña, pero, esa palabra se originó cuando un español le pregunta a un indígena como llamaban a ese lugar, quien respondió en su lengua, “no soy de aquí” (Yucatán). En un tono más solemne, recordemos la frase del buen Jesús: “… es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que un rico entre al Reino de los Cielos”, he pensado en mi ignorancia que a EL “se le fue la mano”, cuando en realidad se refería en el texto en griego a “Kamelos”, que San Jerónimo tradujo como conocemos, cuando es la soga gruesa con que se amarran los barcos en el muelle y por último, todos llamamos “Pepe” a los José que conocemos, cuando proviene de los conventos que, al referirse al santo esposo de la Virgen María, decían “Pater Putativus”, por simplificar, “P.P.”

Fuera de este recorrido anecdótico, cuando nos comunicamos con otro resulta preciso escucharle; el lenguaje es solo una norma que denomina lo que vivimos de cierta manera, pero que, nuestro cerebro recibe, codifica e interpreta mediante una mezcla de imágenes, emociones, recuerdos, sensaciones, visualizaciones, historia personal, etc. Por eso es tan importante darnos la pausa, sin precipitarnos ni dejarnos llevar por nuestros prejuicios para poder captar lo que intentan transmitirnos mediante el lenguaje verbal y no verbal.

Bien nos dice en el Libro Sagrado el apóstol Santiago: “Mis queridos hermanos, tengan presente esto: Todos deben estar listos para escuchar y, ser lentos para hablar y para enojarse”; también en la escena de la transfiguración en lo alto del monte Tabor, se escucha la voz del Padre Celestial que dice: “Este es mi hijo amado, escuchadle” y, por último, la Virgencita en las bodas de Caná les dice a los criados y sin consultarle al buen Jesús: “Haced lo que EL os diga” y sabemos por experiencia personal y propia, lo que significa comunicarnos con EL: nos habla con su palabra y todos los hechos inexplicables (milagros) que nos obsequia cuando le hablamos, la oración en sus diversas forma; EL siempre nos escucha ¿y nosotros?

P.D. En momentos que escribo, es evidente que el pueblo venezolano habló y claro ¿Lo escuchará el Régimen? DIOS proteja nuestros sufridos y valientes hermanos; la intervención de EE.UU., Brasil, Europa y el mundo libre debe también escucharse para concretar el cambio que todos esperamos.

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