Mientras su hermano hijo mayor, Carlos, había sido moldeado en la rigidez con el que crece un heredero al trono, Andrés, 11 años menor, heredó el espíritu aventurero de su padre, el Príncipe de Edimburgo. Una distingida carrera militar labrada con viajes alrededor del mundo y la vida disipada de un niño rico, lo convirtieron en un galán de fama internacional, hasta el punto de conocerlo con el remoquete de Randy Andy, (Andy el lujurioso) La Reina Isabel sufría por los escándalos de su hijo menor, acosado además por una nube de paparazzis que querían captarlo en acción con alguna de sus conquistas. Por eso el matrimonio con Sarah Fergunson en 1986, cuando tenía 26 años, le reportó un descanso, un alivio que sólo duró 10 años ya que Andy, el inquieto, se separó de ella dejando dos hijos.
Si bien sus desafueros sexuales eran legendarios se convirtió en una especie de héroe después de capacitarse como oficial naval y manejar un helicóptero de combate en la guerra relámpago en la que las tropas de Margaret Thatcher reconquistaron las islas Malvinas. Luego se convirtió en uno de los hombres más ricos de Inglaterra cuando fue representante de comercio en Gran Bretaña. La reina lo amaba. Era distendido, siempre hacía bromas, era el preferido de Isabel pero súbitamente un escándalo terminó destruyendo su reputación y lo transformó en la oveja negra de los Windsor.
En el 2015, durante una demanda federal contra Epstein en la Florida. Allí se revelaron detalles escabrosos. Un testimonio lo dio una mujer conocida con el nombre de Virginia Giuffre quien aseguró que el principie la había violado a los 17 años. Andrés era uno más de los invitados de Jeffrey Epstein, el magnate financiero que convirtió su isla en las Bahamas en un paraíso para los pedófilos más poderosos del mundo. La esposa de Epstein, Ghislaine Maxwell, era la reclutadora de jóvenes que se ponían a disposición de los eminentes invitados de Epstein.
Poco antes de que explotara la pandemia le dio una entrevista a la BBC en la que intentó explicar la relación con el magnate norteamericano. Pero todo salió mal. Andrés afirmó que la conducta del millonario era inapropiada y no recordó haber conocido a Giuffre y prometió alejarse de la vida pública pero ya el daño estaba hecho. Su imagen nunca se recuperó. Para la reina el dolor que le causó la caída de Andrés en popularidad se ahondó aún más después de que su nieto Harry decidiera dejar la corona por ir detrás de la actriz Megan Markle. Fueron golpes que eclipsaron 96 años de vida, 70 de ellos sosteniendo la corona más pesada del mundo.
Esta foto detonó como un bombazo en los tabloides ingleses, siempre obsesionados con destapar los escándalos de la familia real. Acá se ve a Andrés tomando la cintura de una muchacha.
Las declaraciones de Andrés fueron muy desafortunadas cuando intentó explicar la foto y las declaraciones de la joven quien afirmó que, en su encontró sexual, Andrés sudaba mucho. El menor de los Windsor afirmó que él tenía una condición médica que le impedía sudar. Nadie lo creyó.
Después de la demanda de la norteamericana la reina decidió darle una reprimenda a su hijo favorito fue quitarle el privilegio de ser llamado “Alteza real” y seguiría sin asumir ningún cargo público. Es la misma degradada que sufrió su sobrino Harry.
En su castillo en Balmoral, el 8 de septiembre del 2022, terminó uno de los reinados más largos en la historia de Inglaterra. Andrés deberá servirle ahora su hermano, transformado, por la férrea línea dinástica, en Carlos III, nuevo rey de Inglaterra.
