El presidente Duque está utilizando estos pocos días que le quedan en la Presidencia para violar todas las normas que en su cargo tenía que cumplir y lo hace con tal desfachatez que confirma su ignorancia sobre los límites que le impone su posición actual. Ha causado mucha sorpresa su clara intervención en la campaña presidencial hasta el punto de que algunos columnistas lo han identificado como jefe de la campaña de Federico Gutiérrez. Obviamente sus ataques van claramente dirigidos a Gustavo Petro. En una reciente entrevista el periodista le preguntó directamente si no consideraba que violando la tradición, no estaba precisamente interviniendo en política y sus respuestas dejaron desconcertados a más de uno.
Frente a esta pregunta Iván Duque respondió: "¿En campaña no puedo opinar? Los debates de política pública son debates que atañen a toda la sociedad." Y ante la pregunta de si no estaba atacando a un candidato que está en la campaña presidencial su respuesta fue aún peor: "Yo no estoy atacando a ningún candidato, estoy dando mi opinión personal (sic), amparada en la Constitución. Si mañana me preguntan ¿usted está de acuerdo que Colombia deje de explorarse petróleo? Voy a decir que no estoy de acuerdo porque me parece además absurdo y lesivo para nuestro país. Doble varillazo a Petro.
Claro que todo ser humano tiene derecho a expresar sus opiniones, pero resulta que Duque es el presidente de la República de Colombia y lo que definitivamente no debe hacer es dar opiniones públicas que sin la menor duda muestran algo que cualquier jefe de Estado sabe que no puede hacer: incidir sobre las elecciones que elegirán su reemplazo. Eso se denomina clara intervención en política que no solo él sino cualquier funcionario público no puede hacer.
_______________________________________________________________________________
Una constante en su comportamiento se viene agravando día a día: su inmensa confusión entre su carácter de individuo y su responsabilidad como Primer Mandatario del país
________________________________________________________________________________
Mezclar el caso del petróleo con su clara alusión al candidato Petro demuestra dos problemas. El primero que confunde la gimnasia con la magnesia y cree que la gente es boba. Hablar de petróleo y atacar a Petro no es lo mismo en términos políticos, por favor. Peor aún, de nuevo cae en algo que es una constante en su comportamiento y que se vienen agravando día a día: su inmensa confusión entre su carácter de individuo y su responsabilidad como Primer Mandatario del país. Esa confusión es la que explica que carga con su hermano en cuanto viaje presidencial existe con costos a cargo del gobierno y con la peregrina disculpa de que es su ayudante personal. También explica llevar en el avión presidencial a su familia y amigos a celebrar el cumpleaños de su hija, y así sucesivamente. Son solo dos ejemplos.
Por desolador que parezca no hay nada que hacer en estos días fatales que aun tenemos que sufrir los colombianos con un presidente que abusó de su poder sin que nadie lo detuviera fuera de los medios que se atreven a publicar nuestras quejas. Sus amigotes y amigota en los centros de control lo convirtieron en intocable. Pero lección aprendida. El próximo presidente no puede seguir este modelo que hemos sufrido y pagado los colombianos en los últimos cuatro años. El presidente de la República no puede intervenir en política, sus opiniones públicas no pueden estar cargadas de politiquería y punto, como tampoco puede desconocer sus límites como jefe de Estado.
E-mal [email protected]
@CeciliaLopezM