La crisis que vive Venezuela ha golpeado tres frentes sobre los cuales el papel que ha desempeñado Colombia ha sido determinante: el económico, el migratorio y el institucional. En ese sentido, frente a la zozobra institucional que ha sufrido la vecina República en los últimos meses, se pueden aventurar cuatro (4) escenarios probables para lograr una salida:
1. Una implosión del Gobierno de Maduro por cuenta de un golpe de Estado que dan los militares, apoyando a la oposición liderada por Guaidó.
2. La permanencia del gobierno de Maduro ante la incapacidad de la oposición para movilizar a la FANB y a la sociedad venezolana.
3. La intervención militar de Estados Unidos y la imposición de la oposición en el Gobierno.
4. Una salida negociada entre el chavismo y la oposición, que deriva en un gobierno de transición y una restauración de la democracia.
La posición de Colombia, un error tras otro
Diferentes actores internacionales se han involucrado en la búsqueda de una salida a la crisis, y le han apostado a alguna de estas cuatro (4) opciones mencionadas.
En un principio, la salida menos probable parecía la de la negociación; los medios de comunicación se encargaron de mostrar la salida militar, por la intervención de Estados Unidos o vía Golpe de Estado, como la única oportunidad de transitar hacia un restablecimiento de la democracia.
Colombia se embarcó en esa postura, y junto con el Grupo de Lima lideró el “cerco diplomático” y el desprestigio del gobierno de Maduro, anunciando que le quedaban pocos días. Pero con el paso de las semanas y de los meses es desvirtuó la probabilidad de que esa iniciativa fuera a llegar a un buen puerto.
Entre tanto, otros países y actores como el Grupo Internacional de Contacto, la Unión Europea, Noruega y Cuba se encargaron de trazar una hoja de ruta que derivara en un escenario de negociación.
De manera confidencial vincularon a Estados Unidos, a Rusia y a China en esa empresa, y a mediados de mayo se conoció que era un hecho que Guiadó y Maduro comenzaron un diálogo exploratorio para buscar una salida urgente y no violenta a la crisis del país vecino.
En este nuevo escenario internacional Colombia ha quedado totalmente aislado: Maduro y el chavismo desaprueban el rol que tuvo Colombia como epicentro de la conspiración de la oposición de Estados Unidos.
Respecto a la oposición, parece que está claro que no necesita de Colombia siempre y cuando Estados Unidos apoye las decisiones y acciones que desarrolle.
Lo que es más grave es que con el discurso desplegado sobre la salida militar tiene una acogida en los sectores de derecha y ultraderecha que apoyan al Gobierno, y los seguidores de Duque y del Centro Democrático no estarán de acuerdo con que participe de la búsqueda de una salida negociada, lo que deja a Colombia en el peor de los escenarios.