En 1821 en el congreso de Cúcuta, Simón Bolívar pensó que la mejor manera de delimitar los territorios de la naciente República era por medio del Utis possidetis juris. De esa manera los antiguos límites y dominios del Virreinato de la Nueva Granada serían los mismos de la Gran Colombia. Desde ese momento, el territorio se convertía en un pilar fundamental del proyecto de Nación y la soberanía residía en el pueblo, por ende los ciudadanos de este nuevo Estado estaban llamados a defender, ante cualquier amenaza, su territorio. Sin embargo, ya pasados 194 años de República, el territorio que hemos perdido es demasiado amplio, casi un 54% del territorio se ha perdido con nuestros países vecinos. Esto le ha hecho perder a Colombia la mitad de su territorio.
El primer incidente de pérdida de territorio se remonta a 1811 y se revalida en 1831. El problema fronterizo es con Venezuela y dura bastante tiempo debido a que cuando se disuelve la Gran Colombia, tanto en la Nueva Granada como en Venezuela se dan guerras civiles que impidieron que se diera solución y por eso aún persisten inconvenientes por estas fronteras. De este conflicto mencionado entre 1891 y 1947, Colombia perderá con Venezuela la zona aledaña entre la Guajira, Maracaibo , parte de lo que hoy es el estado de Apure y parte de lo que hoy es el Amazonas venezolano entre los ríos negro y Orinoco. Al día de hoy se conserva solo una parte del Catatumbo en Norte de Santander y aun no se aclaran definitivamente los límites marítimos en el Caribe con el vecino país.
El segundo problema de fronteras que se presenta es con Ecuador, que también hacia parte de la Gran Colombia antes de separarse. Una gran parte de la élite ecuatoriana quería anexionarse como Estado al Sur de lo que eran los territorios dominados por la Nueva Granada, concretamente a lo que durante el siglo XIX conocimos como el Gran Estado Soberano del Cauca y tendrá simpatía de la elite de esta región, representada por las familias Obando y Mosquera , esta iniciativa fue una constante política durante casi todo el mencionado siglo ,teniendo sus manifestaciones en el apoyo durante las guerras civiles. La fijación de las fronteras terrestres se dará de forma definitiva en 1916 con el Tratado Suarez-Muñoz Vernaza
Con la república de Perú es donde se presenciaron varias invasiones militares tanto en el siglo XIX como en el siglo XX por el dominio de este territorio fronterizo. El primer conflicto se da en 1828- 1829 conocido en nuestra historia como la guerra Grancolombo-Peruana y al final de esta, se firma un armisticio entre ambos países y el Tratado Mosquera-Piedemonte, que pone fin a este conflicto y establece la frontera entre estas dos repúblicas. Sin embargo estas negociaciones no van a ser respetadas pues en 1853 Perú le entregara a Brasil territorios en disputa con Colombia y este conflicto jamás se aclarara, por negligencias de los funcionarios diplomáticos de la época. Ya en el siglo XX bajo el gobierno de Enrique Olaya Herrera , el 1 de septiembre de 1932 un grupo de soldados invade Leticia y se desencadena la Guerra Colombo-Peruana, finalmente la guerra la gana Colombia y se respetan los límites del tratado de fronteras conocido como Tratado Lozano-Salomón.
Con el territorio Brasilero, Colombia perdió una buena cantidad de tierras. Brasil se apropió de una gran cantidad de territorios inexplorados, aprovechándose de las guerras Colombo- Peruanas y a pesar de que Colombia alega que Perú no puede cederle territorios en disputa, a Brasil se pierden los territorios mediante el Tratado Vásquez Cobo-Martins.
Pero sin duda la mayor pérdida de territorio no solo por su extensión sino por su ubicación geoespacial ha sido Panamá, cuando el Gobierno Norteamericano respalda a la élite panameña que se quiere separar de Colombia, por la falta de atención del gobierno central al Estado panameño. Este incidente termina con la separación de este Estado el 3 de noviembre de 1903, lo que conllevó a que los Estados Unidos construyeran el canal interoceánico y se usufructuaran del comercio por esta importante zona geográfica. Colombia a pesar de la lucha de algunos sectores por defender el territorio, lo terminará perdiendo una vez más por la negligencia en la defensa de la soberanía, esto se verá reflejado en las negociaciones del Tratado Urrutia Thompson que en si buscaba solucionar el conflicto por la pérdida de Panamá entre Colombia y los Estados Unidos.
El Tratado Urrutia Thompson buscaba a su vez indemnizar al país por la pérdida del territorio panameño, por eso en las negociaciones se habló de una retribución económica equivalente a 25 millones de Dólares y el reconocimiento de los límites fronterizos entre Colombia y Panamá establecidos en la ley Colombiana del 9 de julio de 1855. Este tratado se ratificará por el congreso de la Republica y los límites se implantaran en un nuevo tratado fronterizo conocido como Tratado Victoria-Vélez.
El último gran incidente y tal vez del que todos más conocemos es el de Nicaragua y su lucha por los territorios de la Costa de Mosquitos, San Andrés, Providencia y Santa Catalina que equivalen a una gran parte de mar territorial en el caribe. Esta tensión había tenido solución con el tratado Tratado Esguerra-Bárcenas, pero el 19 de noviembre de 2012 la corte internacional de la Haya ratifica la soberanía de Colombia sobre San Andrés, Providencia y Santa Catalina, pero a consecuencia de esto le redujo el 50% de dominio sobre las aguas marítimas en los cuatro puntos cardinales alrededor del territorio en disputa.
Frente a todos estos problemas fronterizos y limítrofes, tenemos un panorama desalentador. Nuestro país ha perdido más de la mitad de su territorio desde el momento de su nacimiento hasta el día de hoy y la pregunta sería ¿Por qué se dio este fenómeno? En relación a esto podemos dar las siguientes explicaciones.
La primera es que nuestro país no defiende su territorio de la forma adecuada, pues las fuerzas militares actualmente no cumplen su función. El ejército nacional desde sus orígenes, fue destinado para defender a nuestro país de cualquier amenaza e invasión extranjera y por ende, debe estar al cuidado y vigilancia de nuestras fronteras. Sin embargo el ejército actualmente opera en el interior del país, asumiendo una tarea que propiamente le corresponde a la policía nacional, dejando nuestras fronteras desprotegidas y vulnerables ante cualquier enemigo exterior. En los puestos de frontera no encontramos presencia militar sino a unos largos metros al interior del territorio, mientras que nuestros países vecinos si la tienen inmediatamente se cruza su territorio.
La otra explicación, es que nuestros diplomáticos a cargo de las relaciones exteriores no son personas que defiendan con propiedad los intereses de nuestro país, pues ¿cómo es posible que muy pocas veces se acuerden de utilizar herramientas y documentos históricos para defender nuestra soberanía? En el incidente con San Andrés debieron recurrir a las constituciones antiguas, a las cedulas Virreinales y al mismo utis possidetis juris, sin embargo nuestros diplomáticos consideran más pertinente adaptarse solo a unas normas y acuerdos establecidos en el siglo XX que recurrir al pasado para defender lo nuestro y ahí está el error en negar nuestra historia.
La ultima explicación y tal vez la más crítica es que ni las familias ni las escuelas, están fortaleciendo los procesos de formación ciudadana y Nación en Colombia. Los jóvenes de hoy en día son apáticos a la realidad y los problemas del país, no les interesa luchar por su patria y por ende el sentimiento de unidad nacional es ausente. El defender la soberanía no les interesa, pues en la mentalidad del colombiano esta que el país le debe dar algo a él, más no que el como ciudadano colombiano debe contribuir a su país en la consolidación de un proyecto inconcluso que se llama Nación.
La única alternativa está en que tanto ejército, como diplomáticos, familias y escuela apunten a la defensa de lo nuestro, el país es de todos y por eso debemos comprometernos en el cuidado y protección del territorio. Sin embargo esto solo se lograra, si las familias y la escuela hacen un trabajo conjunto y fuerte por inculcarle a la juventud la importancia de la participación ciudadana en la construcción del proyecto de Nación y esto solo se hace por medio de la educación, que dignificara a las futuras generaciones de colombianos y hará brotar en ellas la semilla de la libertad.