El alcalde de Cartagena está adoptando en estos días el eslogan de “Las obras quedan… y las incomodidades pasan”, porque tiene a los ciudadanos muy molestos con tantas incomodidades, trancones, se tarda mínimo una hora en llegar de un sitio a otro. Estas “pequeñas obritas” no serían malas si la ciudad hubiera resuelto las megaobras indispensables para su desarrollo, tales como la defensa de una ciudad que se la puede tragar la furia del mar, una verdadera solución integral al problema del transporte, que ya va siendo hora de pensarlo multimodal, por ejemplo, o la continuación de la Perimetral, lindísima vía escénica, que hoy se deteriora entre la inmundicia, tanto por falta de mantenimiento como de simple limpieza, importante obra que debería dignificar la vida de tantos vecinos muy pobres.
Cartagena tiene problemas mucho más graves y angustiosos que andar apaciguando las incomodidades de los estratos 5 y 6, la ciudad es la número 11 en pobreza entre las ciudades capitales de Colombia y la número 12 en miseria… ¡oh vergüenza! El Dane define pobreza como una familia cuando cada integrante dispone de $211.807 mensuales, para adquirir vivienda, transporte, servicios y alimentos, mientras miseria es cuando cada miembro tiene $94.103 al mes solo para comida porque no alcanza para nada más. Esto quiere decir que en Cartagena, al lado de la opulencia de muy pocos, viven 269.000 pobres que tienen grandes dificultades para sobrevivir y 43.500 miserables que se debaten entre el hacinamiento, la malnutrición y la absoluta falta de oportunidades para tan solo sobrevivir.
Durante las próximas semanas repasaré algunas de las estadísticas de Cartagena, comparadas con otras ciudades del país, para ver qué tanto han hecho nuestros gobernantes locales y en especial el de las múltiples obritas.
Con solo revisar la pobreza y miseria que agobia a Cartagena, me cuesta mucho trabajo entender como un candidato a la Alcaldía que alguna vez consideré apoyar, acepta orgulloso el apoyo de la familia del alcalde Dionisio Vélez. ¿Qué pensarán los más pobres de Cartagena sobre esto? ¿Qué pensarán las mamás de tantos niños en miseria y desnutridos? No trabajar para acabar la pobreza y la miseria en un entorno tan enfermo como este, es un vil desprecio hacia los más pobres, es creer que ellos no piensan y se les puede transportar como ganado el día de las elecciones, pero aunque la gran mayoría de los candidatos creen que así funciona la cosa en Cartagena, cada vez va siendo menos de esa forma a la que están acostumbrados.
Pienso que un apoyo así, resta en vez de sumar, pero ajá… hay quienes piensan más en las tales OPS que en el bien para la ciudad. Sería bueno saber que piensa el buen Andrés sobre la gestión social de sus nuevos socios, que se le pueden convertir en muy pesado lastre.
Sería bueno saber también, a que se compromete un candidato al obtener un apoyo como este, porque hasta donde llega mi limitado conocimiento sobre maniobras políticas, los apoyos se brindan a cambio de compromisos, y lo que más interesa a un gobernante que sale, es que le cuiden los huevitos que deja incubando y que le protejan de las consecuencias de una mala gestión.
Son algunas preguntas que quedan flotando.