La Gobernación del Chocó gasta 90 de cada 100 pesos que recauda en funcionamiento: un volumen muy alto de sus exiguos ingresos, en comparación con los recursos que destina para inversión. Esta situación genera una profunda insostenibilidad financiera. Del mismo modo, su capital Quibdó vive una condición financiera similar: sus finanzas están en bancarrota debido a que sus ingresos son inferiores a los gastos.
Lo anterior es un hecho recurrente en los últimos años de la alcaldía de Quibdó, que se traduce en una profunda debilidad en cuanto a planeación financiera y capacidad de ejecución del gasto. De manera que, por ser deudor moroso de la nación, en cuantía de $11.052 millones, le impide obtener créditos estatales y de banca privada. La situación financiera del departamento y los municipios chocoanos es crítica por las malas administraciones.
Por la reforma del Sistema General de Regalías, el Chocó, al igual que otros departamentos, vivió una efímera bonanza. Del 2012 al 2015 recibió recursos por $ 497.345.667.463 millones para ser invertidos en proyectos de desarrollo. Recursos que marcaron un hito en las inversiones públicas en la historia reciente del Chocó, dado que jamás se había tenido ese flujo de dinero para inversiones públicas.
El Departamento Nacional de Planeación, en un estudio sobre los índices de gestión de las entidades encargadas de ejecutar los $19.9 billones de recursos en regalías, concluyó que los departamentos donde la mayoría de los proyectos están en estado críticos son Chocó, Santander, Sucre, Caquetá, Putumayo y Norte de Santander.
El Chocó es uno de los campeones en obras inconclusas y fantasma, por las deficiencias en los procesos de selecciones de contratistas y por las fallas en las supervisiones de las inversiones. Según la Contraloría General de la República, de allí se desprenden las graves falencias en las ejecuciones de gran parte de los recursos de regalías.
El ente de control encontró que la Gobernación del Chocó se ha caracterizado por disponer de informaciones incompletas sobre los procesos de ejecuciones de los recursos de regalías a nivel financiero, jurídico y técnico en diferentes fases de las obras.
Un desorden administrativo que ha facilitado a los contratistas, con complicidades de algunos los funcionarios, para embolatar y dilapidar buena parte de los recursos de las regalías. Por eso existen varias firmas de ingenieros, cuyos propietarios se han convertido en los zares de las obras fantasmas e inconclusas en el Chocó.
El análisis de la auditoria de la Contraloría sobre las inversiones de regalías en el gobierno del exgobernador del Chocó, Efrén Palacios Serna, encontró varios hallazgos con implicaciones disciplinarias, fiscales y penales que comprometen a varios funcionarios de su administración. Por eso decidió darle trámite a un proceso administrativo sancionatorio en su contra.
En las pavimentaciones de las carreteras Istmina-Condoto; Istmina-Andagoya; Yuto-Lloró; Rio Sucio-Bajirá; Pepe-Puerto- Meluk se invirtieron $70.870 millones. La Secretaria de Infraestructura departamental guarda silencio cómplice en medio de su inoperancia administrativa, mientras los millonarios recursos invertidos en las tres primeras vías se encuentran embolatados, y las pavimentaciones inconclusas y paralizadas. Entre tanto, las otras dos están en pésimo estado.
Igualmente acontece con las inversiones en las construcciones de la primera etapa de las sedes en la Universidad del Chocó -- en Istmina y Bahía Solano -- por $9.252 millones. Otro capítulo de las inversiones de las regalías que ameritan ser examinadas con lupa son los $ 60.360 millones ejecutados a través de la Universidad del Chocó.
También en la inversión de $ 10.856 millones para la renovación y digitalización del Canal de televisión Telepacífico, un canal que no está dentro de la jurisdicción administrativa de la Gobernación del Chocó y donde no tiene ningún tipo de incidencia administrativa.
En el caso de la alcaldía de Quibdó, durante el gobierno de Zulia Mena se invirtieron $ 37.652 millones en dos obras inconclusas que generan indignaciones en la ciudad. La primera, la pavimentación de la salida de Quibdó hacia Medellín, un contrato otorgado al consorcio Malla Vial, integrado por las firmas la Macuira Inversiones y Construcciones e INICO, por $14.843 millones. Su adjudicación fue mediante un proceso licitatorio bastante cuestionado. Su fin fue un pago de favores políticos a dos reconocidos manzanillos de la clase política tradicional y corrupta del Chocó.
Su compromiso fue pavimentar 3.5 Kilómetros. Pero no se ejecutó ni el 25% de la obra y se contrató una interventoría de manera irregular que permitió unas obras de mala calidad. Los recursos se dilapidaron y ahora pretenden una adicción de $ 7.000 millones para terminar la obra. Lo insólito es que Dilon Martínez, uno de los asesores de la exalcaldesa Zulia Mena, es uno de los promotores de una marcha contra del gobierno de Santos por los retrasos en las ejecuciones de los contratos viales en el Chocó.
La segunda obra inconclusa del dossier de la administración Mena está relacionada con la construcción de un megacolegio, que fue inaugurado sin terminar por la ministra de Educación Gina Parody. Se invirtieron $ 22.805 millones, sigue inconcluso y nadie responde. Un asunto que involucra a la constructora AIC y al consorcio ingenieros INICO, el mismo que está implicado en el pavimento inconcluso en la salida de la vía Quibdó-Medellín. La Contraloría señaló que en la construcción de este megacolegio no se realizó una debida planeación y por eso se originaron fallas de orden legal que debe responder los contratistas y la exalcaldesa Mena.
Próxima capítulo: Los zares de las obras inconclusas en el Chocó.
@j15mosquera
