¿Sigue viva la literatura en Colombia? El arte editorial independiente lleva años trabajando con las uñas para dar a conocer nuevas autoras y autores y ayudar a que se valoren así en la memoria colectiva los talentos emergentes de la literatura nacional.
Y aunque hay muchos proyectos que pueden destacarse por su ahínco y su tenacidad o su trayectoria y perspectiva, el que está construyendo Alfredo Madrid es de no creer. Madrid fundó la Revista Elipsis para difundir la creación literaria de todos los públicos, como dejó claro Miguel Osorio en su nota sobre la revista de 2018 aparecida en El Tiempo, porque conocía la inmensa capacidad creativa que tienen las autoras y autores de todas las edades en Colombia.
Nada puede dar a conocer mejor este proceso que la más reciente antología de narrativa colombiana que publicó Elipsis el pasado mes de diciembre de 2021 y que cuenta con un total de 26 autores de todos los rincones de la nación.
Esta colección de cuentos es un testimonio del talento, la dedicación y el amor que sienten millones de personas por la lengua y la literatura en nuestros territorios.
Hay rolos, paisas, santandereanos, cartageneros, boyacos, caucanos, nariñenses y dignos representantes de la Ciénaga de Oro. Hay estudiantes universitarios, magísteres y doctorados, de la misma forma que hay escritores emergentes, consagrados ganadores de premios como el Ciro Mendia de Poesía y autores reconocidos internacionalmente tanto en el ámbito académico como en el artístico.
Desde la universalidad inquietante y erudita de Arturo Hernández González, quien es la voz más íntima y penetrante de toda la antología, hasta los textos colectivos de escritores que recuerdan la historia de guerra y paz de este país como La guerra, falsas promesas de Yeny Milena Naranjo Naranjo, la colección de narraciones se presenta como un compromiso con la memoria y la imaginación.
El tono fresco de Gabriel Rodríguez-Páez recuerda el arte sólido de Mauricio Reyes en sus mejores páginas mientras que cuentistas natos como Luis Fayad o Arturo Alape están como ecos en la escritura mordaz de Oscar Seidel y la increíble Juana Carolina Santos Milachay de la antología.
Editar en Colombia para promover la lectura es una tarea difícil, pero lo que ha conseguido Alfredo Madrid con Elipsis es que pensemos en todas las inmensas posibilidades que tienen las humanidades en el país y los frutos que puede cosechar todavía el arte literario nacional.
De las hermosas páginas de color hueso en las que están colocados con un cuidado artístico cada uno de los relatos, saldrán seguramente voces que enaltezcan la ya mundialmente famosa calidad literaria de Colombia.
Intuir con el lenguaje como hace Salma Henao o pensar el silencio con sentimiento y feminidad como Juana Ramírez Tovar, voces ineludibles de ésta colección, solo será posible si proyectos editoriales así siguen con vida y son difundidos para producir una conciencia sobre la escritura como exposición de nuestra historia.
Arturo Hernández González es angustia filosófica, Luis Hermel López es expansión creativa, Mary Acendra es pasión peregrina, Lidia Corcione Crescini es unidad de poesía.
Todos los narradores de esta muestra tan bellamente editada están llenos de una música que podemos reconocer porque está presente en todos los pueblos, municipios y ciudades de este gran país, que es al mismo tiempo real y mágico, que llamamos hogar.
