La fuerza que tiene la voz colectiva para las comunidades puede verse en los indígenas que llegaron desde el Cauca a Bogotá a hacer oír su voz. Son muchas las mujeres de todas las edades quienes se desplazaron para apoyar la Minga y ocuparse de niños y jóvenes vinculados familiarmente a los mingueros. Estos son otros rostros en la Minga.