Señor Gabriel Camargo, usted lo que debería hacer es renunciar a la vida pública. Usted es un mal ejemplo para las generaciones de niños que creerán que para ser un hombre exitoso tan solo basta con ser un gran negociante, como usted ha sido, pero al que no le importa pasar por encima de la dignidad de las mujeres. Lo que usted dijo del fútbol femenino es muy grave. Yo tengo tres hojas de 12, 8 y 6 años. Las tres sueñan con ser fútbolistas. También quieren ser grandes profesionales pero este deporte, que usted ha calificado irresponsablemente de semillero de lesbianas, le ha enseñado a mis hijas las reglas más importantes y elementales de la sociedad.
Leí su carta con detenimiento exsenador machista Gabriel Camargo, y déjeme decirle que no le creo nada. Me suena a algo forzado, a algo que le dictó detalladamente su abogado para blindarse jurídicamente. Sus disculpas llegan tardísimo, esto pasó hace semanas y al ver el rechazo que genera su persona lo que hizo fue reaccionar ante cualquier demanda. Este país ha cambiado y usted, chapado a la antigua, con los valores que deberían tener los charros mexicanos que usted veía en las películas de Pedro Infante, cree que la mujer virtuosa es la de la pata quebrada que no puede salir, que no puede elegir con quien se acuesta, a la que no le está permitido sudar.
Las mujeres no aceptamos sus disculpas, a las mujeres igual no le interesa lo que usted pueda decir o pensar. Usted es agua pasada y debería es renunciar a la vida pública. Siga en sus negocios de pollos, siga alimentando a la hinchada del Deportes Tolima que le debe a usted esta vida y la otra, pero renuncie a las redes sociales, no le haga ese mal a la sociedad. En mi concepto este tipo de declaraciones deberían tener penalidades jurídicas, no se puede a ir por la vida, olímpicamente, promoviendo el odio a la mujer, porque eso es lo que generan sus declaraciones, señor Don Gabriel Camargo, fomenta el desprecio que históricamente le han tenido hombres como usted –que son mayoría- a las mujeres tesas, duras, a las muchachas libres como mi hija que han encontrado el deporte perfecto para conseguir amigas, para ser mejores personas y no necesariamente para ser lesbianas o alcohólicas como usted lo ha dicho.