Las mujeres del tango en Medelín. Cuarta parte

Las mujeres del tango en Medelín. Cuarta parte

El nombre que representa la conjunción de formas en el arte para acercarse a la vida es Martha Elena Álvarez, fundadora y directora del Balcón de los Artistas

Por: Laura Cecilia Bedoya Ángel
agosto 30, 2022
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Las mujeres del tango en Medelín. Cuarta parte
Foto: Balcón de los Artistas

El balcón de los artistas, una mirada hacia al tango y la paz

Para aproximarse a un contexto que muestre interés en la búsqueda de la paz hay que plantear nuevas y diversas formas que sustenten un acercamiento y encuentro con la vida, la realidad, la igualdad, la tolerancia y el compromiso del otro, los otros y de sí mismo. Estos aspectos pueden confluir en las artes, vistas como un componente social que puede potenciar el desarrollo y la vida, para producir conceptos y procesos que ayuden a transformar conflictos en relaciones pacíficas y sostenibles”. Mauricio Antolínez 1

Teniendo presente estas letras, me pregunto cuál nombre será el que represente tal conjunción de formas, y sin la menor cavilación está la respuesta, Martha Elena Álvarez, fundadora y directora del Balcón de los artistas. Su historia más que artículos y menciones merece un libro o un guion de cine.

Cuando pensamos en el barrio Manrique de Medellín, y concretamente en la época de “las fronteras invisibles”, que hablan de la guerra entre las bandas juveniles, recordamos textos como No nacimos pa semilla, de Alonso Salazar, y muchas crónicas radiales y periodísticas. Para ese entonces se planteaba en todas las conversaciones el tema de una ciudad que no tenía remedio.

Y como estoy hablando de remedio, también voy a invitar la palabra sanación, ambos términos estarán ubicados en 1992, cuando llegue hasta una acera de Manrique donde se ve una joven sentada en plena calle en compañía de una grabadora invitando a los niños a aprender a bailar tango con la ilusión de “salvar vidas a través del arte,” lema que se ha convertido en la razón de ser de su academia.

La primera clase de tango la recibió solamente un niño, al día siguiente volvió a salir con la grabadora a la calle a darle la lección a ese único alumno y la esperaban no solo él sino muchos más, el padre de Martha viendo pasar los días con este trabajo al aire libre, convencido ante la evidencia de la vocación de su hija  le ofreció la sala de su casa allí mismo en Manrique, donde estuvo mucho tiempo El balcón de los artistas, nombre nacido de su geografía, pues está enclavado en uno de los filos más altos de la ciudad.

Como bien lo dice Mauricio Antolínez en su estudio Iniciativas. Arte y construcciones de paz “la palabra paz se debería posicionar como verbo y realidad.” Este verbo y esta realidad viven en la familia de Martha, pues sus tres hermanos durante la dura época del barrio formaron una corporación llamada “Hacia futuro”, cuyo objetivo era restaurar los daños que hacían los violentos, entonces reparaban lámparas para que las calles no estuvieran oscuras, hubiera luz, se pudiera transitar y expulsar la soledad. Estaban pendientes de más asuntos que mejoraran la calidad de vida de su entorno, a pesar de tantos esfuerzos, otra de sus hermanas que tenía un preescolar lo tuvo que cerrar, pero quedó la semilla en Martha.

Los conocedores del baile de tango saben que la coreografía para el escenario necesita espacio  para los firuletes, que son las figuras que se hacen en esta danza, entonces el salón que ocupaba -la sala de su casa- ya no le servía a sus propósitos y se trasladó a un lugar más amplio. En fin, que ha sido tanta la acogida de los jóvenes hacia esta maestra que hoy cuenta con otras sedes, además de la de Manrique, hay una en Laureles y otra en el Poblado y muchos galardones para su grupo de bailarines de tango.

Ahora es importante pensar que de esta historia se podría escribir mucho, no solo porque lo amerita sino por su abundante recorrido, a todo esto del tango le sumó la salsa, grupo que ha ganado varios campeonatos. La enseñanza de la música está presente. “El Balcón de los Artistas, en sus 30 años de creación, suma 148 mil actividades de Impacto comunitario, 116 mil personas beneficiadas y 38 mil alumnos”, según crónica de Marco Madrigal.

Buscando más  información, encontré esta nota en la página de la academia: “La corporación perteneció al elenco de artistas de la producción Q´Viva the Chosen con Jennifer López y Marc Anthony presentada en Las Vegas en el Mandalay Bay Casino. De igual forma, en el tributo a Celia Cruz presentado por Jennifer López en los American Music Award en la ciudad de Los Ángeles. También representó a Colombia en la gala de celebración de los 70 años de la UNESCO en París y en los festivales de verano de Francia y Alemania, en las cuales 12 ciudades, 9 festivales y cerca un millón de personas vibraron de alegría y emoción con el talento de los bailarines de nuestra compañía de danza.”

Reconoce con la generosidad que la caracteriza, que su profesor de tango fue Fernando González el director de la academia La magia de tus bailes y aunque es portadora de tanta experiencia sigue retroalimentando, su ejercicio de bailarina con clases maestras de profesores argentinos que han venido a Medellín.

Además de la vocación de formadora e instructora, Martha piensa que la fundación se debe también “a locuras que se le meten a uno”;  a esta afirmación suya le sumaría yo lo que dicen algunos, ante la indiferencia de la sociedad le surgió esta idea.

No sabría imaginar de qué manera le pudiera retribuir la ciudad a Martha esta construcción de la paz a través de la belleza.

Aunque no quisiera bajarme de este balcón de sueños, lo hago pasando al tablero un nombre de mujer que ha estado en el escenario de la guerra, de la paz y de la danza con sus propias palabras:

“En el bello discurso titulado What moves me, que Pina Bausch escribe en 2007 con motivo del Premio Kyoto de la Fundación Inamori, la coreógrafa alemana hablaba sobre cómo la guerra es una experiencia que no se olvida. Nacida en 1940 en la ciudad de Solingen (Renania del Norte-Westfalia), sufre durante sus primeros años de vida el horror de la segunda Guerra Mundial. Las sirenas de alarma, las bombas, el terror, la devastación, la alteración de la cotidianeidad, la lucha por la supervivencia, la desaparición de cualquier certeza, la desesperanza existencial que se impregna para siempre. A pesar de la guerra, de las miserias y dificultades que encontraría en aquellos tiempos (Adolphe, 2007, pp. 12-13), Bausch también nos describe pasajes a través de los cuales podemos entrever a una niña feliz. Feliz y curiosa”.2

(1) Antolínez, E. M. (2014). Iniciativas. Arte y construcciones de paz. Revista de la Universidad de La Salle, (63), 75-89.

(2) Pastor Prada, R. (2017). Pina Bausch. Lo que el cuerpo sabe de la guerra y otros desastres, en Arteterapia. Papeles de arteterapia y educación para inclusión social 12, 207-217.

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