El pasado 27 de agosto las FARC realizaron su primer congreso sin armas. Durante una semana estuvieron reunidos en el centro de Bogotá definiendo las bases de su nuevo partido, Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, nombre que mantuvo las siglas con las que se han identificado durante 53 años y con las que decidieron entrar a la arena política. El 3 de septiembre se conocieron los primeros nombres que estarán en la dirección del partido. Como era de esperarse, Timoleón Jiménez, máximo dirigente de la exguerrilla, fue nombrado como nuevo director; e Iván Márquez, consejero político.
Sin embargo, sobre la mesa también aparecieron los nombres de cuatro mujeres. Durante toda su historia las FARC nunca pusieron a una mujer en la dirigencia máxima de la guerrilla, a pesar de que varias fueron comandantes de algún frente. Sandra Ramírez, Erika Montero, Victoria Sandino y Liliana Castellanos son las cuatro mujeres que ahora están en el Consejo Nacional de la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común.
Sandra Ramírez
A los 17 años Sandra Ramírez ingresó a la guerrilla. Venía de una familia santandereana dedicada al campo, sembrando caña, café y cacao. Su verdadero es Criselda Lobo Silva, y fue la compañera del fundador y máximo dirigente de las FARC: Manuel Marulanda Vélez. Lo conoció en 1983 cuando llevaba dos años y medio en la guerrilla. Fue trasladada al campamento El Palmar para hacer parte de la seguridad del secretariado. Ahí fue cuando conoció a ‘Tirofijo’. Trabajaron juntos y Sandra, que se formó en la insurgencia como enfermera, terminó acompañándolo por casi 24 años.
A Sandra Ramírez siempre se le vio junto a Marulanda, y se puso al frente de las comunicaciones de la guerrilla y de su compañero. Ramírez apareció por primera vez en 1984 cuando las FARC adelantaban negociaciones con el gobierno de Belisario Betancourt. Tiempo después, fue reconocida por ser la esposa del fundador de las FARC y durante las negociaciones en el Caguán estuvo presente en los tres encuentros entre Marulanda y Andrés Pastrana.
Cuando Manuel Marulanda falleció, Sandra Ramírez presidió la ceremonia funeraria con la que la guerrilla despidió a su comandante. Según sus declaraciones, su esposo murió en sus brazos luego del ataque al corazón que sufrió. Desde 2008 no se veía el rostro de Sandra, sin embargo, apareció en 2012 como parte del equipo negociador de las FARC en los diálogos de La Habana. Desde ese momento se hizo público su liderazgo y vos de las mujeres dentro de la guerrilla.
Durante el Congreso de las FARC Ramírez siempre fue una de las caras visibles de la guerrilla. Cuando instauraron la mesa del partido, se le vio sentada en el centro de la tarima. Ahora, su influencia y decisión sobre las voces de las mujeres estará presente dentro de la directiva del nuevo partido. Con 802 votos, fue la mujer que obtuvo el mayor respaldo en el congreso de las FARC.
Erika Montero
Su verdadero nombre es Fancy María Orrego Medina y es la mujer que ha tenido el más alto cargo dentro de las FARC. Ingresó a los 18 años al Quinto Frente en el Urabá Antioqueño, luego de haber militado en la Juventud Comunista. Se fue para el monte durante el gobierno de Turbay cuando decretó el estado de sitio bajo el Estatuto de Seguridad. Montero fue recibida por el comandante marquetaliano Efraín Guzmán e inmediatamente comenzó sus labores de soldado raso.
Montero, que obtuvo 785 votos en el congreso de las FARC, es una de las mujeres más antiguas dentro de las filas, pues lleva casi 40 años militando en la guerrilla. Fue capturada en 2001 en Medellín, acusada de por el delito de rebelión y terrorismo. En 2004 salió de la cárcel El Buen Pastor de Medellín e inmediatamente se reintegró a las filas del Quinto Frente. Tiempo después se convirtió en la número dos en el Frente 49 de Nariño, y en 2014 ingresó al Estado Mayor Central, asumiendo la comandancia del Bloque Iván Ríos.
En 2015 se unió a la mesa de negociaciones entre el Gobierno y las FARC en La Habana, integrando las comisiones encargadas del “fin del conflicto” y la subcomisión de Género. Hoy su labor ha estado enfocado en el Mecanismo de Monitoreo y Verificación en Medellín, junto a Ingrid Melgajero, de la Fuerza Aérea de Chile y Cristina Ibarra, de la Policía de Colombia. Durante este proceso se encargó de coordinar con las Zonas Veredales los procesos de consultas con los guerrilleros, aunque Montero asegura que su responsabilidad más grande estará en las regiones, poniéndose al frente de los temas que tienen que ver con derechos humanos y trabajo social con las personas.
Victoria Sandino
Victoria Sandino entró a las FARC desde los años 90, pero luego del fracaso de las negociaciones de la guerrilla con el gobierno de Pastrana fue que tomó la decisión de ingresar al sector militar. Judith Simanca Herrera, nombre de pila de Sandino, hace parte de las últimas generaciones que ingresaron a las tropas de la guerrilla. Desde el principio fue reconocida como una líder y fue muy cercana a Alfonso Cano, comandante máximo asesinado en un bombardeo del ejército. De hecho, fue ese liderazgo el que la llevó a integrar la delegación de paz de las FARC desde mayo de 2013.
Sandino nació en Tierralata, Córdoba, y desde muy joven integró las juventudes comunistas en su departamento. Sin embargo, decidió entrar a la guerrilla porque “fue la estigmatización y persecución la que me llevó a ingresar a las filas de las FARC-EP, al comprender que las vías de la lucha política se habían cerrado. No había de otra”. Sandino es de las voces más importantes que lidera la opinión de las mujeres guerrilleras. El 40% de la tropa guerrillera estuvo conformada por mujeres y para Sandino eso tiene que tenerse en cuenta en la conformación del partido. Y no se trata de que llegue ella al poder, sino que lleguen las mujeres farianas como un colectivo, como lo ha asegurado en varias oportunidades. En el congreso de las FARC Sandino obtuvo 797 votos y ocupó el puesto 11 de la lista que fue presentada.
Liliana Castellano
Liliana Castellano es sobrina del comandante guerrillero Jorge Briceño, abatido por el ejército en 2010. Su verdadero nombre es Eloisa Rivera Rojas y en el congreso de las FARC sacó 748 votos. Castellano ingresó a la guerrilla hace 26 años cuando apenas tenía 15 años. Nació en San Martín, Meta, aunque está registrada en El Castillo. Castellano proviene de una familia campesina de muy pocos recursos, y como no tenían el dinero para financiar los estudios, ella misma decidió buscar a la guerrilla. El asedio de los paramilitares junto al ejército en la zona la llevó a tomar esa decisión, y como ella misma cuenta, “no quería ser muchacha de servicio ni terminar en un burdel”.
Cuando en 2012 iniciaron las conversaciones en La Habana, Castellano era comandante del Frente Yarí. Sin embargo, luego fue trasladada al Frente Séptimo, perteneciente al Bloque Oriental de la guerrilla. Ya en 2015 el secretariado la nombró como una de las integrantes del proyecto piloto de desminado humanitario, siendo también radio-operadora de las comunicaciones de Pastor Alape, Matías Aldecoa y Romaña, jefes de dirección y coordinación del proyecto. Castellano, además, participó junto a las comunidades para la recopilación de información sobre los territorios en los que habían minas antipersonas.
