Según estadísticas de Movilidad del Distrito Capital, durante 2022, 541 actores viales fallecieron por accidentes de tránsito, de los cuales 232 (casi la mitad) eran motociclistas. Movilidad Bogotá no refiere en sus estadísticas las causales de dichos accidentes, esto es, no hay una tipificación de los delitos o infracciones cometidos en esos 541 casos en el Código Nacional de Tránsito (Ley 769 de 2002), ni señala responsables.
Entre enero y noviembre de 2022, Bogotá registró 23602 siniestros viales. 3094 de estos fueron con pasajeros; 1900 con ciclistas; 2748, con peatones, conductores de automóviles, buses, entre otros; y 8415, con motociclistas (seguro que sin los subregistros se acercaría más a la mitad). Más de 10841 heridos y 12305 daños materiales contados, para la fiesta de los concesionarios y el encarecimiento de los seguros todo riesgo, que no tienen aún una superintendencia que los regule totalmente, ni copagos por parte del Estado para que sean más asequibles. Esto hace que por sus altos costos, muy poca gente tenga este tipo de seguros y no haya nunca motociclistas responsables. ¿Por qué no hacer una nueva empresa de seguros del Estado, pero con criterios sociales?
SUBREGISTROS Y AUSENCIA DE VARIABLES ESTADÍSTICAS
Los subregistros que son omisiones estadísticas, resultan graves de manera superlativa, pues nos dejan sin elementos para reflexionar sobre la etiología del problema de movilidad en Bogotá y abren la puerta al infantilismo de los actores: los de las motos señalan a los demás conductores; estos se van contra los peatones, las bicicletas, mototaxis y servicio público, y al final del todos contra todos, nadie asume ninguna responsabilidad. La mayoría de los accidentes que involucran motos en Bogotá no tienen un croquis, una visita policial y pasan por un “arregle su carro y yo arreglo mi moto”; o por el común “¿por dónde se fue el motociclista que me dañó el carro?”. Podemos analizar con lo que tenemos algunos factores etiológicos del problema:
- Si 232 motociclistas quedaron sin vida de 541 actores fatales, podemos deducir que en casi la mitad de accidentes graves, hay motos de por medio.
- Dado que la Policía de Tránsito casi nunca llega cuando se le llama al 112 para hacer un croquis del accidente, debe haber subregistros por millares. La Policía solo llega en algunos casos, como cuando el médico de emergencias de la Ambulancia estima que es necesario trasladar al alguno de los actores viales involucrados en el accidente al hospital; o que el accidente se presente justo frente a ellos (normalmente en “agosto”, por así decirlo -el que entendió, entendió-). Es preciso que la Policía llegue a todos los eventos donde se le convoca para establecer responsables y otras características del caso, en aras de tener variables estadísticas, sin las cuales, no es posible entender el problema, solo especular.
- Es preciso determinar otras variables: si los conductores contaban o no con SOAT y licencia de conducción (papeles al día); si conducían bajo efectos de drogas alucinógenas o alcohol; si habían excedido en cada uno de estos accidentes la velocidad permitida; y/o si habían quebrantado las normas del Código Nacional de Tránsito. Hay que CARACTERIZAR y TIPIFICAR.
- Motos adelantando por derecha. ¿La mayor causa de accidentes? Lo que más suelo ver en las calles de Bogotá, es la infracción del artículo 73 del Código: “PROHIBICIONES ESPECIALES PARA ADELANTAR OTRO VEHÍCULO. No se debe adelantar a otros vehículos en los siguientes casos:
En intersecciones.
En los tramos de la vía en donde exista línea separadora central continua o prohibición de adelantamiento.
En curvas o pendientes.
Cuando la visibilidad sea desfavorable.
En las proximidades de pasos de peatones.
En las intersecciones de las vías férreas.
Por la berma o por la derecha de un vehículo.
En general, cuando la maniobra ofrezca peligro”.
- Según el estudio hecho por la Secretaría de Movilidad, las localidades con mayor número de fatalidades son Kennedy, Engativá, Fontibón y Ciudad Bolívar. Pero creo que les falta estudiar también Suba y el Centro donde se suelen ver igual cantidad o más accidentes que en estas otras localidades. ¿Será que estas tienen menos accidentes? ¿O acaso no llegan ambulancias a tiempo? ¿O brilla por su ausencia la policía de tránsito que no acude por llamado?
Otro punto importante para determinar la etiología de la accidentalidad en Bogotá, es poder establecer de dónde proceden los infractores (escuelas de conducción), si en sus localidades hay mayor o menor respeto por las normas, si hay presencia de la autoridad o no, si se cumple la ley o no; y también aplicar un porcentaje importante de responsabilidad al Distrito: ¿Por qué Bogotá tiene en tan mal estado la malla vial? ¿Cómo es posible que ni siquiera las principales vías de Bogotá estén perfectamente pavimentadas? (autopista norte, carrera séptima, avenida Caracas, avenida Ciudad de Cali, calle 134). ¿Qué pasó con la máquina tapahuecos de Petro? ¿No la volvió a sacar Claudia López por política? ¿Solo se tapan huecos cuando el contrato es mejor que alquilar Corferias como hospital de Covid para los fantasmas y esto será en época de elecciones?
Creo que además de leer a Fishbein y Ajzen, hay que volver a la pedagogía de Mockus, esa pedagogía amable, jocosa, creativa, que tiene un impacto de fuerte recordación dentro de los conductores capitalinos y que generó una movilidad más empática y respetuosa en algunos sectores de Bogotá (especialmente el norte). Además de estas estadísticas, bien nos vendría un sociólogo que nos diga, por qué los bogotanos no respetan la direccional pero sí la mano afuera para girar; o por qué nunca entendemos que el carril izquierdo es de alta velocidad y el derecho para los vehículos lentos… Aquí les dejo unas ideas: