A los defensores de los animales: ¿Cuál es la responsabilidad de sus dueños cuando agreden a una persona? fui objeto de un feroz ataque por parte de un perro pastor alemán.
Las heridas fueron de consideración. Por fortuna me tocó a mí; ¿imaginan si hubiese atacado un niño, su hijo?; ¿imaginan si ataca un adulto mayor, sus padres o abuelos? es un llamado a los dueños de los animales a consultar el código de policía.
El pasado martes 1° de noviembre a las 8:30 a.m. el señor Miguel Alfonso Camacho Moncada médico veterinario de una clínica veterinaria ubicada en Fontibón, decide sacar a pasear al perro de raza pastor alemán, porque el canino estaba estresado por una intervención quirúrgica a la que lo iban a someter; el señor Camacho lo lleva a la calle sin bozal, infringiendo de entrada el código de policía.
Según versión de la policía, el perro hizo un intento de ataque a un ciudadano quien se pudo defender con una sombrilla; una vez el señor llamó a la policía, el perro muerde en la pierna izquierda a uno de los patrulleros. Acto seguido, entran en discordia y es cuando voy pasando por el andén y el perro me ataca por la espalda, me tira al piso y me destroza la camiseta causando múltiples heridas, hasta el momento que me lo quitan tomándolo de la correa.
No obstante el dolor que sentía, tirado en el andén y pasado el ataque, el señor Camacho Moncada seguía alegando con los policías y jamás se preocupó por preguntar cómo me sentía, teniendo en cuenta que él fue el mayor responsable en este caso, pues de forma irresponsable llevó al parque a un perro agresivo y sin bozal; minutos más tarde llegó el dueño del perro y propietario de la veterinaria, el señor Iván Darío Rodríguez Garzón para ver lo sucedido y supuestamente hacerse responsable de lo ocasionado por su perro.
Tiempo después llegó la ambulancia y me remiten al hospital de Fontibón donde permanezco todo el día en la curación de las heridas, las placas de radiografía y explorando la posibilidad de tomarme puntos o no.
Teniendo en cuenta que estoy tratando con dos personas calificadas como lo son el señor veterinario y el dueño del animal, quedo muy convencido que no tendré ningún problema en arreglar lo que me corresponde al ser atacado por un perro que sale de esta veterinaria y no de la clandestinidad o simplemente un perro callejero.
¿Por qué no responden?
Tratando de llegar a una conciliación por daños y perjuicios en mi persona, el dueño del perro y de la veterinaria, Iván Darío Rodríguez Garzón, me dice que debe responderme el veterinario porque él llevaba el perro; al día siguiente los señores Rodríguez y Camacho minimizan lo sucedido.
El veterinario me dice que él tiene una serie de obligaciones familiares y que no puede cubrir mis pretenciones económicas correspondientes a los días de incapacidad y el tratamiento especial para la recuperación de las heridas y la indemnización; que me ve normal sin problemas y que la incapacidad es un pretexto y puedo trabajar sin problema alguno.
Por su parte el señor Rodríguez en uno de los acercamientos comenta que fue un raspón en los dedos, una aruñada en la espalda pero que la responsabilidad es el veterinario, que él no tiene ninguna acción en el hecho.
Solo les pedí el pago del gasto del hospital del accidente; los daños, perjuicios, lesiones en incapacidad médica tendría que hacerla por instancias legales porque la conciliación son consideraciones unilaterales por parte de ellos; al día de hoy el dueño de la veterinaria se esconde y el veterinario está de viaje.
Llegar a instancias judiciales es demasiado ridículo en un país cuya justicia deja libres miles de culpables por vencimientos de términos y menos se van a ocupar por el ataque de un perro a un pobre diablo; en este momento solo me escribir este artículo ya que es mi única válvula de escape, poder compartir con la ciudadanía mi caso para dejar un testimonio y que no le suceda a usted. Cuando vea un perro grande simplemente cambie de andén y asunto prevenido.
Es increíble que esto suceda, les dije que no habían medido las consecuencias: el perro pudo matar a un niño, un adulto mayor, una mujer en estado de embarazo, entonces ¿quién responde? ¿nadie? ¿queda así? En tal caso no quieren responder por sus hechos.
En el colofón de este artículo dejo la pregunta, ¿quién responde? Lo único que pude hacer fue realizar la respectiva denuncia ante las autoridades que aquí comparto.
|Le puede interesar: “Dónde puedo vivir sin recordarte, y dónde recordar sin que me duela”: Borges