La tragedia de Armero en 1985 dejó más de 25.000 muertos y separó a muchas familias dejando huérfanos a cientos de niños. Sandra Milena Cuellar Cuesta fue una de las víctimas que perdió a su familia en medio de la avalancha no sin antes pasar por un espinoso camino. Al quedar herida fue puesta en un centro médico lejos de su pueblo, las monjas entraron a su vida para rescatarla de la soledad. Aunque pensó que las hermanitas de la caridad que la adoptaron le darían un buen trato y una familia. Todo era una fachada, solo pretendían que Sandra fuera su sirvienta.
Le enseñaron a escribir y a leer a los golpes. Unos vecinos apareció para adoptar a Sandra quien pensó la salvarían de ese infierno pero las monjas la vendieron a esa familia que la siguió usando como una empleada doméstica. Tuvieron que pasar 40 años para que Sandra se reencontrará con sus seres queridos gracias al esfuerzo de la Fundación Armando Armero que con ayuda de las redes socias emprendieron una exhaustiva búsqueda.
Hoy, Sandra recuerda el pasado con nostalgia y asegura que la monja que la adoptó, la Hermana Teresa Adele Brambilla de origen milanés y quien fue Superiora General de las Misioneras Colombianas, estaba tras una red de trata de niñas en Doncello, Caqueta. Aunque, Sandra le escribía cartas a su familia pidiéndole ayuda y contándole lo que le hacían en el convento, Teresa Adele se quedaba con las cartas y las falsificaba. Se aprovechó de la tragedia de Armero para adoptar menores de edad y venderlos a familias que harían todo menos protegerlos.
A continuación, el testimonio de Sandra Milena:
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