Los grupos terroristas de las Farc y el ELN han sembrado el terror y el dolor en los campos colombianos, si toda la fuerza y el empeño que hacen para sembrar estas minas lo usaran para sembrar arroz, café, cacao, reforestar las cuentas hidrográficas, ayudar al pueblo que dicen defender, trabajar con los campesinos, ayudar a construir puentes veredales, y servir de guarda bosques en las reservas indígenas etc. Seguramente este país sería un verdadero modelo de convivencia ciudadana a imitar por el resto del mundo.
Pero la verdad es otra, con amargas experiencias para los más vulnerables que son la población rural, quienes tienen que vivir con la zozobra de la persecución de los grupos alzados en armas de este país.
Cientos de soldados y policías; niños, ancianos y hasta animales domésticos dieron un paso en falso y los resultados fueron catastróficos. Las minas antipersonas se convirtieron en la mejor arma de persuasión de la guerrilla; un muro invisible tiene acorralados a varios departamentos como: Antioquia, Córdoba, Bolívar, los Santanderes, Arauca, Casanare, Tolima, Meta, Huila, Cauca etc.
Una barrera impenetrable peor que el desaparecido muro de Berlín en Alemania. Un muralla que destruye vidas cada vez que alguien sin saber sobrepasa estos límites, que ni la misma guerrilla puede decir con certeza o con la guía de un mapa donde están ubicadas esta minas, porque las razones son obvias: primero porque quien las sembró hace años ya esté muerto, o no este en la región debido a la vida nómada de los campamentos guerrilleros; segundo porque en su afán de huir de la presión del ejército, los delincuentes simplemente soltaron los artefactos dejándolos a mereced del que los pisara, y las otras que no se activaron, con el pasar del tiempo la maleza se encargó de cubrirlas pero siguen activas.
Desminar el país según un grupo de expertos Noruegos que trabajan para la ONU en estos temas en todo el mundo, aseguran que puede durante de diez a quince años el desminado, utilizando equipos de rastreo de última tecnología. Pero en ese lapso de tiempo, muchos soldados de la patria morirán y otro tanto número de campesinos correrán la misma suerte.
Esta es una verdadera muralla china de miles de kilómetros cuadrados que tiene Colombia, sin saber a ciencia cierta cuantas minas hay sembradas que se pueden ubicar y rastrear y otro tanto de las que estás desperdigadas por doquier en las montañas, que ya no sin simples santuarios de fauna y flora como nos ven los naturalistas extranjeros, sino lugares peligrosos y llenos de artefactos que están diseñados para dañar todo lo que este a sus alrededor.
Saber al dedillo el costo de la tragedia de las minas antipersonas es imposible, es muy difícil saber de buena tinta con exactitud esa estadística, porque las cifras oficiales del gobierno no son ciertas y son manipuladas para no evidenciar la verdadera tragedia de la situación, mostrando solo balances a vuelo de pájaro para opacar la verdad del desangre de las tropas y los civiles.
La propuesta de desminado, claro que debe ser aplaudida por todos, pero tiene sus reparos en la manera como se va a ejecutar esa acción. Esto implica meterse en los territorios que son el santuario y la casa de la guerrilla y por ahora no están dispuestos a dejar que se les metan al racho como se dice coloquialmente.
La voluntad es buena, pero la ejecución está muy enredada y con el agravante de los años que demora hacer el trabajo de limpieza y barrido de las minas y el peligro inminente al que están expuestos la fuerza pública y los civiles.
Con ese tema del desminado nos van a enredar varias semanas, dejando a un lado otros temas importantes y servirá como cortina para tapar los otros sucesos que están pasando en nuestro país como el paro de camioneros, la vergüenza de magistrados que tenemos en las altas cortes, el precio del dólar, el precio del petróleo etc.
Y para recordar en la historia la entrega de las armas por parte del M 19 que también es noticia, pero esa muestra de entregar las armas no le suena mucho a las guerrillas colombianas, máxime cuando su ideario político se diluyó en el tiempo y ahora son otros los intereses que priman en su estructura como el narcotráfico, el secuestro, la extorsión, la minería ilegal etc.
Falta mucho para que esa muralla deje de existir y se pueda ver otro horizonte, porque mientras haya en los campos colombianos miles de minas antipersonas solo habrá nubarrones con amenaza de tempestad.