“No sé de qué está hablando Nicolás Petro”, dijo este lunes el ministro del Interior, Alfonso Prada, mientras intentaba explicar por qué en los chats que enviaba a su entonces esposa Day Vásquez el hijo mayor del presidente de la República afirmaba que él le había entregado “diez cupos” en su cartera.
Según Prada esa expresión no figura en su léxico. En consecuencia, según él, habría que preguntarle al propio Petro qué pretendía decir y si en realidad hizo esa afirmación. Prada habló con los medios por primera vez desde la explosión del escándalo desatado por la revelación del contenido de las conversaciones entre Nicolás y Day mientras aún eran pareja.
La figura que al ministro le parece extraña ha sido interpretado por varios medios y por la propia procuradora general de la Nación, Margarita Cabello, como la posible entrega de cuotas burocráticas. Por esa razón, la cabeza del Ministerio Público anunció que su despacho indagaría formalmente lo ocurrido para descartar un posible tráfico de influencias.
Por lo pronto, el ministro del Interior ha reconocido que se reunió en dos ocasiones con Nicolás Petro. Según él, ambos encuentros ocurrieron en época de campaña, cuando éste tenía un papel dentro de los cuadros directivos de la empresa proselitista de su padre y él se desempeñaba como jefe de debate.
Day Vásquez y Nicolás Petro
Sin embargo, en los registros de las conversaciones de chats que Day Vásquez le entregó ya a la Fiscalía aparece uno de septiembre del año pasado en el que Nicolás Petro le habría dicho lo siguiente: “Prada me dio 10 cupos y ya estoy viendo cómo los voy a utilizar. Tres los voy a dar para Ciénaga, uno para ayudar a mi mamá, uno para ti y cinco para el tema político de Barranquilla.
El ministro insiste hoy en qué en las veces que habló con Nicolás Petro no vio en él al hijo del candidato y futuro presidente, sino como a un dirigente del Pacto Histórico en el departamento del Atlántico.
Prada no pasó por alto un segundo tema que le ha generado cuestionamientos. Está relacionado con el trágico episodio ocurrido en San Vicente del Caguán, Caquetá, donde una denominada “guarda campesina” ocupó las instalaciones de la petrolera Emerald Energy, asesinó a un policía y mantuvo secuestrados a 78.
El ministro ha soportado una tempestad de críticas por haberse referido al hecho como a un “cerco humanitario”. Si bien la figura existe en la legislación internacional de derechos humanos, su calificación requiere del cumplimento de una serie de protocolos en los que no están prevista la violencia.
Según Prada, aludió al término de buena fe porque fue utilizado por los manifestantes antes de protagonizar los hechos de violencia que golpearon con particular dureza a la Policía Nacional.
Margarita Cabello, procuradora general de la Nación
Su salida en falso que, según él no pudo enmendar a tiempo por dificultades en la comunicación con la zona donde medio para conseguir la libertad de los policías, también llevó a la procuradora Margarita Cabello a mirar de cerca el comportamiento del ministro y anunciar la apertura de una indagación preliminar.
Por una parte, la Procuraduría mirará si hubo o no negligencia del gobierno que no habría actuado oportunamente, pese a que el Ministerio Público advirtió sobre lo que podría pasar. Por la otra, mirará el alcance de las negociaciones con quienes ocuparon cruentamente la planta de la multinacional y degollaron a un servidor de la Policía. En concreto en órgano de control mirará si, en lugar de sentarse a una mesa de conversaciones, el ministro debió haber denunciado lo ocurrido.
Prada justifica la actuación del gobierno diciendo que si no se hubiera actuado como se hizo, las consecuencias podrían haber sido más graves. Según él, la liberación de los policías “retenidos” hizo parte de la mejor salida posible de la crisis que presentaba en la vereda de Los Pozos.
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