Las mentiras de De La Espriella

Las mentiras de De La Espriella

"Lo impresentable, señor De La Espriella, es que bajo un doble rasero se afirme que se deba matar a Maduro y después condene la rebelión de las insurgencias"

Por: Gabriel Menéndez Orjuela
julio 11, 2017
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Las mentiras de De La Espriella
Foto: El Espectador

La polémica está servida. El 9 de este mes, Abelardo De La Espriella, abogado de la Universidad Sergio Arboleda, publicó en El Heraldo una columna llamada "Muerte al tirano", llamando al asesinato del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. Esta columna ha producido que El Heraldo no vuelva a publicar columnas de opinión del abogado y un revuelo alrededor de qué se puede tener en cuenta en la libertad de expresión.

Esta columna, con varios errores, lenguaje fuerte pero de poco contenido real y llamativo, hace una proclama a viva voz: hay que matar a Maduro porque es un tirano. Según él "no se trataría de un asesinato común, sino de un acto patriótico que está amparado por la constitución venezolana y que resulta, por demás, moralmente irreprochable." Posteriormente, desde Twitter, el abogado cita al filósofo de la llamada "Escuela de Salamanca" Juan de Mariana, apelando a su texto "De rege et regis institutione", donde Mariana justifica el asesinato de los tiranos.

Lamentablemente, De La Espriella procede a cometer una serie de errores graves que, lamentablemente, se extienden por lo llamativas que son sus ideas más que por su veracidad. Comete 4 errores:

1) El concepto de tirano de los escolásticos no es el mismo de ahora

2) Por ende, no tiene sentido usar un concepto obsoleto para hacer un llamado contra la tiranía cuando hay teorías superiores actualmente,

3) Lo que De La Espriella considera "tiranía" no es más que una crisis de gobernabilidad

4) Es incoherente apoyar el tiranicidio contra Maduro y estar en contra de las insurgencias colombianas. Aparte, cabe señalar que aunque De La Espriella afirma que el derecho a la rebelión lo recoge la Constitución de Venezuela, sería sólo a partir de una retorcida y forzada interpretación porque no está explícito.

Pretendo desarrollar los 4 errores y demostrar por qué De La Espriella en últimas es más un panfletario que un serio comentarista de la política en general, y por otra parte, dejar en claro que la ciudadanía no puede seguir cayendo en las falsedades de simples agitadores que mucho hablan, pero poco dicen.

1. ¿Qué es ser un "tirano" en la época de Juan de Mariana?

El concepto de "tirano" actualmente, en el sentido común, lo asociamos con una persona que reprime toda libertad, irrespeta todo espacio democrático y centraliza todo el poder del Estado en sus manos. Pero, como todo en lo existente, el significado de las palabras y los conceptos se modifica con el tiempo porque la realidad se transforma, sobretodo después de las revoluciones liberales como la americana, la francesa, la inglesa y otras. Y el concepto de "tirano" es irremediablemente diferente.

Juan de Mariana, en su texto "De regis et regis institutione", sostiene que el rey tiene que ser un buen príncipe. Es decir, no puede creerse señor absoluto de la voluntad de sus súbditos, sino que debe procurar brindar bienestar a estos. Si no es así, si el rey decide explotar a sus súbditos, si decide no ser un buen rey, los súbditos tienen el derecho a matar al rey. Esta conclusión, en su época, implicó que el texto fuera prohibido por "subversivo".

La idea de la que parte De Mariana es profundamente aristotélica: el rey se degenera y se vuelve tirano por lo que existe el derecho de matarlo. Pero no existía en ese entonces (1598) ni un solo proceso de lucha republicana. Hubo algunas revueltas antimonárquicas en la Corona de Castilla y sus comuneros durante el reino de Carlos V, y las llamadas "germanías" en la Corona de Aragón, pero no mucho más. No se buscaba una república con triple división de poder, constitución, declaración de derechos, etc. Es más, Santo Tomás de Aquino afirma lo siguiente en el tercer capítulo del "Opúsculo del gobierno de los príncipes".

Si el gobierno, pues, injusto fuere de uno solo, que en él procura sus propias comodidades y no el bien de la multitud que estuviere a su cargo, este Gobernador se llama tirano, nombre derivado de la fortaleza, porque oprime con potencia y no gobierna con justicia; de donde es, que entre los antiguos, cualesquiera poderoso se llamaba tirano. Mas sí el gobierno injusto fuere de más que uno, como no sean muchos, se llama oligarquía, que quiere decir gobierno de pocos, y esto cuando algunos pocos por su poder oprimen al pueblo, difiriendo del tirano sólo en que son más. Y si el mal gobierno se ejercitase por muchos se llama “democracia”, que quiere decir potentado del pueblo, que es cuando la junta de los plebeyos por su muchedumbre oprime a los más ricos, y entonces todo el pueblo será como un solo tirano. (Pág. 7)

Esto deja ver la definición de tiranía (¡e incluso de democracia!) de la época: tiranía como mal gobierno de uno, y democracia como mal gobierno de muchos. Entonces ¿porqué considerar a Maduro, electo popularmente, como un tirano si es una República y no un reinado? Sería tan absurdo como definir "democracia" actualmente en los términos de Santo Tomás. Y ahí está el segundo error: anacronismo.

2. El anacronismo de De La Espriella.

Como vemos, la definición de tiranía de Juan de Mariana es correspondiente a un contexto histórico determinado y se define según el mismo. El primer proyecto revolucionario que logró consolidarse fue alrededor de medio siglo después, con la insurrección de Oliver Cromwell en Inglaterra y el establecimiento de la "Commonwealth", donde el Parlamento Inglés gobernó. La época en la que se inscribe el texto de De Mariana es la fundación del Estado moderno, es decir, del surgimiento del monopolio efectivo de la violencia, la aparición seria de las primeras burocracias, la unificación cultural (recordemos que el rey de ese momento en lo que era la Corona de Castilla era Felipe II, quien todavía completaba el proceso de unificación cultural de España reprimiendo a los moriscos, musulmanes convertidos al cristianismo) y demás. Por ello no existían experiencias democráticas como la inglesa, la americana o la francesa.

Lo señalado implica que no tiene sentido aplicar los conceptos de De Mariana actualmente porque el concepto de tirano, democracia, buen gobierno y demás conceptos políticos eran radicalmente distintos a la actualidad. La única forma sería asumir que el presidente del ejecutivo es un rey que debe ser bueno o si no sería tirano. Como se ve, sería retorcer excesivamente la visión de Juan de Mariana y sacarlo de su contexto, tergiversando su valiosísima obra para simplemente poder hacer un llamado al asesinato contra Nicolás Maduro.

Por otra parte, es notoria la ausencia de una referencia a teorías más aterrizadas a nuestros modelos políticos. Teniendo en cuenta que hasta en el Preámbulo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos hay una admisión al derecho a la rebelión ¿por qué De La Espriella no acude al mismo? ¿Por qué no acude a los contractualistas, a los pensadores liberales modernos, sino a un teórico en un contexto de reyes absolutistas? Sólo puede entenderse cómo una tremenda torpeza por parte de De La Espriella. Es más, la torpeza es tan tremenda que afirma que en la Constitución Bolivariana de Venezuela existe el derecho a asesinar tiranos cuando ni siquiera se señala el derecho a la desobediencia. Se va inventado artículos el abogado sergista.

3. ¿Crisis de gobernabilidad o tiranía?

Siempre ha sido notoria la situación de Venezuela. Desde los medios de comunicación mundiales, CNN, NTN24, RCN, etc. se ha mostrado a Venezuela como una dictadura socialista dirigida desde Cuba. Aunque se podría hacer una demostración mucho más desarrollada sobre lo absurdo que es considerar a la República Bolivariana de Venezuela una dictadura, demostraré comparando ciertas situaciones que lo que hay en Venezuela no es una tiranía, sino una crisis de gobernabilidad, que es muy diferente y no niega la democracia.

La situación de protestas en Venezuela es fuerte, han habido muertos de lado y lado. Es tal la situación que hay acciones de chavistas contra parlamentarios y hay asesinatos por parte de antichavistas de pro socialistas, siendo quemados vivos. Pero eso no significa que la situación sea dictatorial. No es ni mucho menos la ideal, hay que buscar a través de mecanismos pacíficos la resolución de la crisis política y económica venezolana, pero no puede reducirse a la idea, más que todo propagandística de tiranía. Porque los Estados, hasta los más considerados "democráticos" desde el imaginario de De La Espriella, también han recurrido a la represión para poder gobernar. 

Ejemplos claros: Durante el periodo conocido del "mayo del 68", Charles De Gaulle amenazó con recurrir al ejército para frenar las protestas. En las protestas sociales que en Colombia se han dado, han habido serias violaciones a los derechos humanos por parte del ESMAD. Inclusive, mientras en Colombia hay graves casos de corrupción frente a los votos, que mediante prácticas clientelares o incluso la injerencia de paramilitares, buscaron y buscan distorsionar los resultados electorales, en Venezuela el sistema electoral ha sido elogiado hasta por el propio ex presidente de los Estados Unidos Jimmy Carter  . Es más, lo normal en nuestra historia republicana ha sido el Estado de sitio, y sin embargo la "dictadura" de Maduro no se encuentra en dicho estado, que implica suspensión de libertades civiles.

Y no se ve a De La Espriella afirmar ni que Francia fuera una dictadura ni que Colombia haya sido desde los 90, que es la década en la que se conforma el ESMAD, una dictadura, o que la democracia en Colombia sea mentira. Entonces ¿Qué motiva a De La Espriella a afirmar lo que afirma? No es, desde luego, un afán científico por tratar la situación en Venezuela de forma clara y coherente, sino que es más motivado por un apego emocional a su ideología. Lo que se puede ver que pasa en Venezuela es más coherente con el concepto de "crisis de gobernabilidad". Al Estado se le vuelve muy difícil mantener su hegemonía a través de medios no cohercitivos y recurre a la fuerza o a mecanismos de carácter excepcional como convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente, pero no por que sea una dictadura. Es más, pareciera que el rechazo a un espacio de redefinición del Estado como lo es la ANC se debe a que no tiene la Mesa de Unidad Democrática la suficiente fuerza política más no porque no hayan garantías.

Pero él comete una última incoherencia ¿por qué hace el llamado de asesinar a Maduro en Venezuela y no hace un llamado a una insurrección en Colombia, condenando a las FARC a ser "delincuentes"?

4. Colombia y Venezuela: una vara de doble medida

Es notoria la falta de profesionalidad en el análisis político de De La Espriella, pero lo es más su ligereza en sus juicios. En su cuenta de Twitter se pueden ver sendas descalificaciones a las FARC, a la izquierda en general llamándolos "mamertos ignorantes", incluso se ha atrevido a afirmar que es un derecho universal perseguir jurídicamente a la extrema izquierda. Pero ¿por qué sí llama al alzamiento en Venezuela pero en Colombia no? Razones sentimentales más que racionales son las que mueven al abogado.

En un país caracterizado por un sistema político que sistemáticamente excluye e incluso llega a exterminar a la oposición que no pertenezca a las élites colombianas (casos hay de sobra: Galán, Gaitán, Pizarro, todo el exterminio contra la Unión Patriótica, el asesinato contra Guadalupe Salcedo, el Frente Nacional, el exterminio contra Esperanza, Paz y Libertad, los asesinatos contra el Partido Comunista, los actuales asesinatos a líderes sociales de Marcha Patriótica y Congreso de los Pueblos, etc.), que ha tenido en el poder a declarados fascistas como Laureano Gómez; en un país caracterizado por que el Estado ha promovido y creado paramilitares que han sido usados por terratenientes para despojar al campesinado hasta llevar a una desiguldad extrema la tenencia de la tierra, un 0,89 de Gini según cifras oficiales, un país donde el salario mínimo es de miseria y se persigue hasta matar a los sindicatos; es entendible porqué surgieron las diferentes insurgencias.

Lo impresentable, señor De La Espriella, es que bajo un doble rasero se afirme que se deba matar a Maduro y después condene la rebelión de las insurgencias. Para usted, por fuerza de magia, De Mariana ya no explica lo que pasa y pasó en Colombia.

Tiene que aclararse: si quiere ser coherente, al llamar al asesinato de Maduro, debería celebrar la existencia de las FARC.

Bibliografía:

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