Llegó el 26 de marzo de 1955 con sólo una maleta grande y una cámara Rolleiflex. El único teléfono que tenía en Bogotá era el de un amigo, de un amigo: Juan Busquets Baró. Su magnetismo le permitió rodearse de amigos y pronto su casa empezó a poblarse de gente como Fernando Botero, Alberto Lleras Camargo y el torero César Rincón. No demoró mucho tiempo para que Salomón Lerner cambiara para siempre a Bogotá cuando abrió la mejor librería de Bogotá.
Este es el capítulo 6 y 7 del libro "Salomón Lwerner, Empezar de nuevo" de Miguiel Ángel Manrique de Nagrela editores: