La Gata, no quiere morir sin dejar huella. En sus mejores días como patrona del negocio de los juegos en la Costa Atlántica y patrocinadora de campañas presidenciales, Enlice López llegó a codearse con la cúpula del poder empresarial y político del país y a respaldar abiertamente aspiraciones presidenciales. Se sabe que apoyó la campaña del expresidente César Gaviria en Magangué y en Sucre en 1989 y a Álvaro Uribe le aportó $100 millones de pesos en la primera campaña presidencial en el 2000. Su conexión con el poder le permitió comenzar su ascenso y aprovechar el decreto 2433 de 1991 del gobierno Gaviria, que reglamentó la entrega del negocio del chance a los privados.
Pero fue la propia Enlice López quien se encargó de enterrar su futuro de oportunidades económicas y políticas que trascendía su entorno del Magdalena cuando la ambición la llevó a bordear los límites de la ilegalidad en el negocio del chance y las apuestas, e incluso en negocios de seguridad como la Convivir Esperanza Futuro que organizó para defender los intereses familiares.
Pero fue aún más lejos cuando, según la fiscalía, ordenó el asesinato del celador Amaury Fabián Ochoa Torres, homicidio por el que paga una condena de 37 años.
Un blog tamaño oficio de hojas amarillas es el depositario de la historias de la intensa vida de esta mujer de 57 años que comenzó vendiendo helados en Magangué hasta convertirse en la poderosa reina del chance. Es un relato oral que tres asistentes de su confianza transcriben diariamente y que además le ayuda a sobre pasar las largas horas de encierro en su lugar de reclusión en el hospital Cari en Barranquilla y a superar su enfermedad pulmonar que la mantiene pegada a una pipa de oxígeno.