Ayer fue un día de sorpresas y los perdedores ahora tratan de acomodar los resultados a su gusto.
Hace unas semanas se daba por hecho que la segunda vuelta presidencial sería entre los candidatos Federico Gutiérrez y Gustavo Petro, sin embargo, el auge que tuvo el ingeniero Rodolfo Hernández en las últimas semanas lo llevó a rebasar al primero para entrar a los comicios de mitad de junio.
Este fue un golpe certero para los uribistas que vieron cómo su candidato se desinfló incluso usando sus maquinarias politiqueras en diferentes regiones del país. Ahora intentan subirse al caballo ganador, pero, ¿en serio será el ganador?
Esta mañana, como todos los días entre semana, escuchaba al periodista Carlos Antonio Vélez en su editorial Palabras Mayores, en donde tiene un pequeño espacio llamado "el minuto del ciudadano" donde ataca directa e indirectamente a Gustavo Petro y su séquito de mamertos, como ellos llama. En dicho programa radial mencionó unos cálculos muy al estilo "docente de primaria" minimizando las matemáticas electorales a matemáticas aritméticas. Gran comentarista deportivo, pero que siga en lo suyo porque la aritmética no es suficiente para aclarar el panorama que se nos avecina.
Las matemáticas electorales no son exactas, ayer casi 9 millones de sufragantes tomaron la decisión de apoyar el proyecto de gobierno de Petro y más de 12 millones apoyaron a los demás candidatos. Hoy amanecemos con cuentas alegres que mencionan que el ingeniero tendrá más de 11 millones en segunda vuelta, como lo menciona Carlos Antonio, porque se supone que es un voto antipetrista. Pero esto es más que matemáticas.
Otra visión de los resultados es que 5 millones de votos fueron uribistas, endosados a Fico, y más de 14 millones de votos fueron antiuribistas, los sumados de Petro y el ingeniero Hernández. La visión correcta no la sabremos hasta el 19 de junio, pero las redes sociales van muy rápido y es importante hacer este análisis.
Si la idea es antipetrista, ganará el ingeniero en segunda vuelta, esto debido al apoyo de la extrema derecha que nunca votará por Petro. Si la idea es antiuribista y el ingeniero recibe, incluso tácitamente, el apoyo de la derecha radical, muchos de sus votantes en primera vuelta preferirán apoyar a Petro o simplemente irse de vacaciones y que entre el diablo y escoja, o bueno, el pueblo sufragante.
Las matemáticas electorales no son aritmética simple, quedan tres semanas donde cualquier cosa puede pasar, pero lo que quedó claro desde ayer es que el país está cansado de lo mismo, lastimosamente el futuro será muy similar al que hemos tenido porque independientemente del nuevo presidente, en el Congreso, que es donde se hacen las leyes, donde se apoya o se hace oposición al presidente, siguen muchos de los mismos. Amanecerá y veremos.
