Nombres de icónicas y exclusivas marcas mundiales como Gucci y Carolina Herrera están a día de hoy detrás de algunas de las marcas de vestidos de baño colombianos más populares como Agua Bendita, Onda de Mar, Touché, Leonissa y Lili Pink. Esta prenda es indispensable para las vacaciones sobre todo de las mujeres que son quienes más se interesan por lucir los bellos conjuntos en la playa. Algunas de estas empresas son tan exitosas que la élite de la moda les ha puesto el ojo.
El primer ejemplo es Agua Bendita, fue fundada hace veinte años en Medellín por Catalina Álvarez y Mariana Hinestrosa. La idea de hacer vestidos de baño se le ocurrió a Catalina cuando vio una caja de retazos de tela brillante y colorida en la basura de la fábrica de su padre Jaime Alberto Álvarez Pérez, y como estudiante de diseño se le ocurrió que podía hacer con esas telas, para lo cual llamó a su amiga de toda la vida, Mariana. Ahora es un próspero negocio que produce prendas que se venden en más de sesenta países.
La marca goza del título de “marca notoria” ante la Superintendencia de Industria y Comercio y registro en más de 20 países. Pero lo mejor es que fue la única de Latinoamérica y una de las ocho en todo el mundo seleccionada por la reconocida firma italiana Gucci de productos de lujo para ser parte de su colección de este verano de 2023, con su línea de lujo “Agua” que incluye ropa de playa y vestidos femeninos bordados a mano por artesanos colombianos.
Por su parte, Onda de Mar fue fundada hace 23 años en Medellín como una marca de trajes de baño de lujo. En 2001, cuando solo llevaban un año, fueron portada de la revista Sports Illustrated, en la edición de trajes de baño. Desde entonces han aparecido en prestigiosos medios como Vogue, Cosmopolitan, In Style, Bazaar y Marie Claire. De hecho, Elle y Forbes la han calificado como una de las mejores marcas de trajes de baño del mundo.
Este negocio exportó más de 25,4 millones de dólares en trajes de baño y ropa de playa en 2022, donde cerca del 42 por ciento llega a los Estados Unidos con un aumento de 48,4 por ciento en comparación con 2019, cuando sumaron US$5,14 millones. Su categoría es tan alta que Bursztyn Group, que es dueño de la franquicia de Carolina Herrera en Colombia, adquirió la afamada marca de vestidos de baño Onda de Mar.
Sin embargo, una de las más sonadas y más antiguas es Touché, pertenece a Alternativa de Moda SAS, nació en 1987 en Medellín y para 2018 operaba en 25 países a través de 53 establecimientos monomarca, tiendas departamentales y boutiques multimarca especializadas en lencería y ropa de baño. Luis Javier Zuluaga es su actual socio fundador, quien también es administrador de negocios de la Universidad EAFIT. Fundó Alternativa de Moda SAS y actualmente lidera la empresa como CEO.
Según su página web cuentan con su propia planta de producción ubicada en Medellín, donde trabajan más de 170 personas, la mayoría mujeres cabeza de familia. Allí se realiza el diseño, producción y comercialización de las prendas.
Aunque existe un clásico que le compite a todas, Leonisa, que nació hace 67 años en Medellín en la mente de Joaquín Ernesto Urrea y sus hermanos: Marco Aurelio, Luis Enrique y Julio. Nacidos en Guatapé en un hogar de comerciantes, empezaron haciendo camisas para hombre y las vendían recorriendo almacenes de Medellín y Armenia. Con los sobrantes y para aprovechar todo el material, se sentaron a coser cucos y brasieres para mujer que se vendieron mucho mejor que las camisas.
Es también la más exitosa en la modalidad de ventas por catálogo y revistas. Su exitosa estrategia ha llevado a Leonisa a estar presente en Estados Unidos, Canadá, México, España, Perú, Costa Rica, Ecuador, Chile, Guatemala, Puerto Rico y también en algunos países asiáticos. Hoy vende más de un billón de pesos al año. El brasier 1000 fue la prenda que los popularizó y llevó al estrellato de la ropa en Colombia y en el exterior.
Finalmente, Lili Pink. Esta marca de color rosado fue una idea de Max y su hijo David Abadi, respectivamente hijo y nieto de los norteamericanos Hyman Abadi y su esposa Ivette Abadi, unos descendientes judíos que llegaron a América huyendo de la persecución en Europa de mediados del siglo XIX. Abrieron el primer local hace 15 años en el barrio popular Toberín, en el norte de Bogotá. Todo fue éxito y empezaron a crecer a gran velocidad. Crecimiento que con sus casi 500 tiendas se cogieron el primer lugar en ventas al menudeo de cucos y brasieres con los que hace anualmente más de 250 mil millones de pesos (según los informes financieros de los últimos años).
Hacia 2015 los Abadi vendieron la marca y se volcaron a negocios personales. David se radicó por fuera del país mientras que Max Abadi siguió de lleno con sus preservativos, producto que tiene más fuerza comercial en México y Europa. Desde entonces Lili Pink dejó de ser colombiana. La marca fue comprada por la firma panameña Lili Brands. Aunque ya no es marca nacional la tienda de color rosado sigue siendo líder en el país y sigue conquistando otros mercados en el contienente.
Si bien todas estas empresas hacen parte del mercado nacional e internacional y algunas son de lujo, nunca sobra recordar que nacieron como emprendimientos, como ideas entre amigos, entre familias que decidieron arriesgarse y ver qué pasaba. Claro que no todos con las mismas capacidades que otros, lo que demuestra aun más que el esfuerzo y las buenas ideas los llevaron al exito.
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