En Estados Unidos existe la costumbre de que los hijos se van de la casa cuando cumplen 18 años. Ya sea porque se van a otra ciudad a estudiar o porque simplemente quieren ser independientes.
Mientras tanto, en Colombia la regla es que los hijos vivan con sus padres hasta que se casen. Hay hombres de 60 años que todavía viven con la mamá. En este país eso sería motivo de burla.
A raíz de mis escritos sobre mi hija Tranny, muchas personas se acercan a mí en Facebook, en busca de un alma que las entienda. La primera vez que me di cuenta pude ayudar fue a un joven matrimonio, donde el marido era transexual y la esposa la apoyaba en todo.
Sin embargo, el sufría porque tenía que llevar una vida de hombre, cuando en realidad era una mujer. Si salía del clóset perdería su trabajo, sus amigos y su familia lo repudiaría. Le aconsejé irse del país a un lugar como Canadá, donde se respeta la vida privada de las personas y no hay Vivianes Morales tratando de perjudicar a su propia hija con su plebiscito homofóbico. Pero ellos tenían mejores vínculos en México y allá se fueron, dejando atrás el rechazo de la familia y de la sociedad.
Ayer tuve una comunicación interesante con la madre de una hija transgénero, que no tiene buenas relaciones con su padre porque este no la tolera. La hija tiene 34 años, vive en New York y tiene un superpuesto. La familia está en Colombia. Su mamá la acepta al 100 %, pero para comunicarse con ella tiene que ser a escondidas del esposo.
La convencí de que el problema era ella, tratando de acercar a dos adultos que no se entienden entre sí. Ella ya está en paz con su hija única, la visita y hablan todos los días. La mamá se siente culpable de la situación. Le expliqué que la sexualidad de su hija no era un problema porque ella vive libremente como mujer y es feliz en NY. Pero su mamá sufre porque “está muy sola”. Esta madre está proyectando sus propios sentimientos a su hija. La que está sola es la mamá, con un marido intolerante y la única hija viviendo lejos por esa razón.
Un adulto de 75 años y una mujer independiente de 34 años, que se fue lo más lejos posible para cortar la relación tóxica con su padre, no van a cambiar de opinión. Aprendí en el pasado que la cantaleta no sirve y es contraproducente. La personalidad de un niño se fija a los 7 años y después de los 14 años no cambian.
Hay que aprender a distinguir las situaciones
sobre las que uno no tiene control
Otra lección. Hay que aprender a distinguir las situaciones sobre las que uno no tiene control. Es la filosofía detrás de Al-Anon, que apoya a las familias de los drogadictos. Su lema son las tres C: Causar, Controlar y Cambiar. Usted no es la Causa de la tendencia sexual de su hija. Usted no puede Controlarla, el LGBT nace LGBT, no es una escogencia. Por último, usted no puede Cambiar a su hija. Reconozca que la que tiene que cambiar es usted. No más mediación entre padre hija. El problema es de ellos, no suyo.
En otra ocasión hablé dos horas por teléfono con una madre soltera de un muchacho trans, de 16 años. Son colombianos, pero ahora viven en Estados Unidos, huyendo, entre otras cosas, de la homofobia. La niña no sufre ninguna clase de matoneo en el colegio. Anda con sus amigas, hacen sesiones de maquillaje, se acicalan, van de compras como todas las adolescentes, cuando en Colombia, desde pequeño, fue marcado como predador sexual por besar a otro niño en la boca a los cinco años.
Está en el proceso de cambio de sexo con ayuda sicológica, pagada por el Estado. El padre que vive en Colombia la acepta. Pregunto ¿cuál es el problema? Y mi entrevistada responde que le da pesar de su hija, se siente culpable y en el fondo de su corazón quiere que siga siendo niño, no niña.
Mamás, lo más importante es la felicidad de sus hijos. Si mis hijos son felices, yo también lo soy. Mi hija mayor, que tiene 33 años decidió no casarse ni tener hijos y vive feliz. Mi hija menor es transexual en Texas, talvez el Estado más homofóbico de toda la Unión, y también es feliz.
Mamás, dejen volar a sus hijos. Los hijos no son propiedad nuestra. Cuando maduran se van de la casa. Y si lo hacen para cortar relaciones tóxicas dentro de la familia, tanto mejor. Sepan que ustedes no son las “culpables” de “que el niño sea así. Usted no controla ni puede cambiar nada. Acepte la situación. La que tiene que cambiar es usted y le aseguro que será feliz.