Cinco días antes de que 13 muchachos murieran asesinados por la policía en las protestas derivadas por el asesinato del abogado Javier Ordóñez, nueve jóvenes, que protestaban por las condiciones infrahumanas que padecían en la Estación de Policía del barrio San Mateo en Soacha, murieron incinerados sin que la policía hiciera nada para ayudarlos.
Esto sucedió el 4 de septiembre y no se había hecho público porque las mamás de los muchachos, según denuncia del concejal del partido Verde Diego Cancino, están amenazadas de muerte y tienen miedo de hablar.
Cancino habló para Las 2 orillas