Tras el gran éxito en su primera temporada, la serie denominada El General Naranjo, que supuestamente se basa en El General de las Mil Batallas, libro de Julio Sánchez Cristo, volvió a la televisión colombiana con su segunda parte, pero esta vez con grandes errores que modifican y distorsionan descaradamente la historia de la política colombiana.
Esta serie, como muchas otras series frecuentemente televisadas en nuestro país, es histórica; es decir, se basa en hechos reales de la historia, en este caso de Colombia, donde generalmente se sigue la vida de un determinado personaje. Como objetivo principal (en la gran mayoría de este tipo de series o telenovelas) se encuentra hacer una recreación de la historia de forma entretenida para que los televidentes y ciudadanos puedan disfrutar y aprender de ella. De hecho, para muchos colombianos este tipo de series son la única forma de aprender sobre historia y sucesos políticos del pasado en nuestro país. Por ende, consecuentemente también son la única fuente consultada y la base completa de su conocimiento y opinión política. Ese es precisamente el gran problema en casos como el que se presentará a continuación:
Iván Marulanda, honorable senador (por el partido Alianza Verde) y exmiembro del nuevo liberalismo, estalló contra la serie de Caracol, ya que esta sugiere que los dos mártires de la política podrían ver con simpatía a Pablo Escobar. Esto no es más que una peligrosa imprecisión histórica, una ligereza imperdonable de los guionistas, ya que Rodrigo Lara Bonilla y Luis Carlos Galán dieron la vida por Colombia denunciando a Escobar y sus intenciones de ingresar al Partido Liberal dando plata ventiada. Esto lo ha constatado la Corte Constitucional, la historia oficial.
A continuación explicamos de qué se trata la denuncia y sus respectivos fundamentos.
Durante un episodio de esta telenovela se ven un par de escenas que involucran tanto a Pablo Escobar (mencionado en un diálogo) como también a Rodrigo Lara Bonilla y a Luis Carlos Galán (que sostienen el diálogo).
En la primera escena presentada, muestran al personaje que representa a Luis Carlos Galán afirmando las siguientes frases: “Caballeros, no veo ningún impedimento jurídico para que el señor Pablo Escobar no aspire a la cámara de representantes…. Es cierto que el señor Escobar cometió errores en el pasado, pero mientras no tenga cuentas pendientes con la justicia tiene todo el derecho a elegir y ser elegido”.
Por el otro lado, en la segunda escena se sostiene un diálogo entre Luis Carlos Galán y Rodrigo Lara, donde el guionista insinúa fuertemente que estos dos líderes del Nuevo Liberalismo tenían como interés principal conseguir los votos que les pudiera dar Pablo Escobar y su gente, ya que se habla de que el partido “Cambio liberal” (que claramente se refiere a el nuevo liberalismo) “necesita apoyo de la mayor cantidad de gente posible”. Estas afirmaciones que hacen los personajes que representan a Luis Carlos Galán y a Rodrigo Lara Bonilla son un error gravísimo por parte de esta telenovela, por las siguientes razones:
1. Tanto Luis Carlos Galán como Rodrigo Lara Bonilla lucharon y dieron su vida para acabar con el imperio de narcotráfico de Pablo Escobar, en consecuencia jamás aprobaron ni avalaron de ninguna manera su candidatura a la Cámara de Representantes de Colombia.
2. Muchísima gente (como fue explicado anteriormente) basa su conocimiento histórico en novelas como estas. Por lo tanto, que en esta se haga una descontextualización tan grande de la historia puede causar de muchas formas la desinformación en la nación colombiana y grandes daños a la memoria colectiva del país.
3. Claramente del libro de Julio Sánchez (del cual supuestamente se basa la telenovela) no sale este mensaje canalla y sinvergüenza contra Luis Carlos Galán y Rodrigo Lara.
Estos errores cometidos son de tan grande magnitud y tan alejados de la realidad que se podría decir sin ningún tipo de pena que el guionista que escribió esto lo hizo con la peor mala fe y, lo que es terrible, con malicia y perversidad, entregando esta versión retorcida y malévola de la historia al imaginario popular. Por medio de este artículo hago pública la gigantesca inconformidad que tanto Iván Marulanda como muchos otros colombianos sentimos al ver estas gigantescas fallas históricas en la telenovela El General Naranjo. Para concluir, cito a Iván Marulanda en una afirmación que resume el propósito del artículo: “Ni Luis Carlos, ni Rodrigo, ni Julio Sánchez Cristo, quien también ha dado esta batalla con todos nosotros a lo largo de la vida, merecen esta afrenta, ¡ni el país!”.
