En la segunda semana del mes de mayo la gran mayoría de colombianos acuden a celebrar una fecha que no es sencillo eludir. Todos tienen una madre o varias, y aprovechan aquel domingo para honrarlas.
El Día de la Madre no tiene una fecha exacta en el mundo, por ejemplo en Argentina se realiza el tercer domingo de Octubre, y en Noruega el segundo domingo de febrero. Asimismo las tradiciones dictan distintas razones: en Tailandia el 12 de agosto se conmemora el nacimiento de la Reina Sirikit Kitiyakara; mientras en Panamá la celebración está relacionada con el Día de la Inmaculada Concepción.
Los latinos, se dice, son personas que traspiran cariño, y cuando se habla de los colombianos ni hablar. Por tanto no hay fecha que más celebren, aparte de las festividades decembrinas.
Si bien los honores se dirigen hacia las mujeres que tuvieron la valentía de llevar consigo una vida humana, también pueden ir hacia unos abuelos, tías o tíos o un simple amigo de la familia que asumió la tarea de criar. Sin olvidar a los padres que son madres a la vez, y viceversa. Y claro, hay quienes ven la figura materna en los trabajadores sociales que los han visto crecer; muchos niños viviendo en los centros del ICBF (Instituto Colombiano de Bienestar Familiar) podrían dar fe de ello.
Hay madres que salen toda la noche a embriagarse y dejan a sus hijos a merced de la suerte o de un familiar. Asimismo hay madres que se ven obligadas a partir en la noche para cumplir con su labor, quizá siendo el auxilio de conductores que acuden por una bebida para combatir el frío. Todo por un solo propósito: dar a sus hijos la vida que nunca pudieron tener ellas.
Madres hay en todos los oficios. Las hay secretarias, amas de casa, artesanas, operarias de maquina plana, vendedoras, ministras, diseñadoras, taxistas, administradoras, guardias de seguridad, deportistas, ingenieras; aunque parezca irreal, también trabajan empuñando picas y palas bajo un sol inclemente, esperando terminar el turno para llegar a casa, descansar un poco y ayudar a sus pequeños con los deberes de la escuela.
Por esta fecha las calles se inundan de rosas, unas irán a parar en los floreros, mientras otras le darán tintes de esperanza a láminas de concreto. Por qué de darles todo en un solo día cuando debe hacerse en cada hora, mes y año. Todos deberían ser como aquel niño que disfruta jugar con su madre no teniendo más que la tapa de una gaseosa.
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