El pasado 18 de diciembre se celebró en el mundo el Día Internacional del Trabajador Migrante. Pero para poder entender este fenómeno de la migración económica política y social en Colombia, debemos conocer, al menos en un corto esbozo y de una manera lo más integral y sucinta, esas dos grandes líneas de investigación que desde hace más de veinte años se han ido generando al interior de la comunidad colombiana residente en el exterior.
Por la Paz de Colombia
La primera línea de investigación de la comunidad colombiana residente en el exterior es la llamada “Por la Paz de Colombia.”. Este grupo de trabajo, es el más organizado desde hace varios años. La componen en su mayoría los colombianos que han tenido que salir del país por el alto riesgo de perder sus vidas por su pensamiento y acciones en la comunidad. La componen un grupo grande de intelectuales, profesores y estudiantes universitarios, líderes y activistas sociales de los territorios donde se expresó en gran manera las violencias generadas por diversos actores armados durante los últimos 55 años de guerra civil no declarada en Colombia. De igual manera los familiares y cercanos a políticos, líderes sindicales, líderes sociales y de oposición que, sobre todo, en la década de los años 90 tuvieron que salir del país por el exterminio de la Unión Patriótica, militancia de base del M-19, el Partido Comunista, el Partido Socialista de los Trabajadores entre muchos otros grupos de pensamiento político democrático/progresista en Colombia.
Este grupo, al tener una identidad establecida, logró consolidar grupos de trabajo de investigación que por muchos años han traído la visión del conflicto armado colombiano a las instancias como la ONU, la Unión Europea, el Vaticano, la Corte Penal Internacional entre otros organismos.
Como han tenido un trabajo de organización más efectivo, han logrado generar pensamiento crítico constructivo hacia el país y tener fuentes de financiación para estudios, trabajo de campo y visibilización de los problemas sociales de la población más vulnerable de Colombia en el mundo.
Personalmente creo que el punto más importante para esta línea de investigación de la comunidad colombiana residente en el exterior fue el referendo por la paz, que en el exterior ganó con sobrado mérito.
Cabe resaltar aquí trabajos de organizaciones sociales tan importantes como factor clave de éxito en este proceso como del FIV (Foro Internacional de Víctimas), Colectiva de Mujeres Migradas, Refugiadas y Exiliadas, Congreso de los Pueblos, Asociación Revivir Valencia, la extinta plataforma Colombia en Pau en Catalunya, Colectivo de abogados Orlando Fals Borda, entre muchos otros. Hoy en día sus voluntarios son parte integral de la recopilación de los testimonios de la comunidad colombiana en el exterior ante la Comisión de la Verdad, la participación en la Mesa Nacional de Participación Efectiva de las Víctimas, la Comisión Nacional de Paz en temas de víctimas en el exterior y fronteras, la generación de políticas hacia el colectivo de víctimas en el exterior.
La diáspora trabajadora colombiana
Este grupo de trabajo e investigación se empezó a generar al inicio del año 2004 al año 2006. Esto se da por la primera ola migratoria del año 1998, que, cumpliendo ya, sobre todo en España, un primer ciclo de migración permanente de 5 años o más, iniciaron a construir las Asociaciones de Colombianos al tenor de la legislación española.
Estas asociaciones empezaron a producir movimientos en temas de asesoría en migración, ciudadanía y derechos civiles para las regularizaciones que se dieron en especial durante el gobierno del Partido Popular en España y la última gran regularización del Gobierno Zapatero en el año 2005, para poder traer a esta masa de trabajadores migrantes a la regularidad, la bancarización y el pago de sus aportes a la seguridad social y el pago de sus impuestos.
Junto a esta masa de nuevos ciudadanos, después del año 2006 tras el cierre de fronteras en el año 2002, se inició como medida sustitutiva para traer trabajadores temporeros de Colombia, Ecuador, Brasil, Rumania (En esa época no pertenecía oficialmente La Unión Europea), con tarjetas temporales de tres, seis y nueve meses para obligar a estos trabajadores a devolverse a su país de origen al término del contrato de trabajo. Aquí quedaron miles de personas que aportaron en el sistema agrario Español y nunca verán sus aportes a pensión en Colombia.
Se iniciaron emprendimientos para poder suministrar a estas personas de origen migrado desde productos de su país hasta emisoras con sus líneas argumentales de contenido en su mayoría musical. Aquí hago un paréntesis para exaltar el trabajo en Madrid de Álvaro Hernández, paisano ibaguereño, que dirige en este momento el programa más escuchado desde hace 16 años en España por la comunidad colombiana, Todo Noticias Latinas, emitiendo desde Madrid.
En estos años nos empezamos a dar cuenta de los miles de promesas incumplidas de los políticos frente a las realidades de la migración colombiana.
Temas trascendentales como el impuesto de timbre, que equivalía al 40% del valor real de pasaporte y otros trámites consulares.
La representación política de la comunidad colombiana en el exterior, que la dio y la quito Jaime Buenahora Febres, traicionando a la comunidad que dijo representar. Temas como la recuperación de esa segunda curul que el acto 002/2015 nos quitó de manera impune la capacidad de representar a la comunidad colombiana en el exterior en los grandes debates de la nación, como la reforma política, la ley de crecimiento económico, la reforma pensional, la reforma a la salud.
Temas como el retorno productivo, con el escándalo del Sena y la Fundación INCYDE, que nunca llevó a buen término los sueños de más de 500 colombianos que en plena crisis querían retornar a Colombia, dándose cuenta de que si no eran profesionales no accederían al Fondo Emprender, que sus esfuerzos por presentar proyectos productivos no tendrían ningún apoyo en la banca colombiana al no tener vida crediticia allí, y llevar entre 8 y 10 años de migración económica.
Allí fue cuando nos dimos cuenta de que la migración colombiana nunca fue sujeto político de derechos. Fue allí cuando notamos que debemos seguir trabajando por una Colombia en paz y con justicia social.
Queda por explorar los casos de Ecuador, Chile y Argentina, que por su diversidad y sectorización Sur/Sur tienen otro prototipo de migración. Allí la extrapolación de realidades colombianas aplicadas a sociedades de acogida como la ecuatoriana y la Chilena viven flagelos como el “gota a gota”, que hace de lavado de activos y blanqueo de capitales a la economía sumergida y el narcotráfico en la región.
También las realidades de más de 18.000 estudiantes de pregrado colombianos en Argentina, que deben ser el bastión de un cambio de mentalidad en Colombia, de tan marcado pensamiento conservadurista, a pesar de la pobreza sobrevenida, y las realidades de un gobierno que será catalogado como el que dejó herido el acuerdo de paz, que no pudo defender a sus líderes sociales donde el estado mismo no hace presencia, y con eufemismos esconde la realidad de las violencias fratricidas en Colombia.
Estas dos grandes líneas de investigación se tienen que ir uniendo en beneficio de la comunidad colombiana residente en el exterior, para poder tener una representación digna en los grandes debates de la nación. La visión internacionalista, otras formas de hacer política en países de la Unión Europea o parte de la Commonwealth (Canadá, o Australia), nos darán una óptica diferente frente a temas como la salud en Colombia, las pensiones y el cubrimiento del campesino colombiano a estos derechos sociales, la protección a la industria nacional, el incremento de un salario mínimo paupérrimo que insta a la pobreza; un empresariado indolente que no ve sino en las ganancias inmediatas y hasta morbosas su supervivencia a costa de los trabajadores. Seguiremos trabajando para la comunidad y que en Colombia no vean la migración como la única salida a la pobreza en la que nos tienen sumidos hace más de 30 años después de la constitución de 1991 y 7 malos gobiernos.