Lo de James Rodriguez es de locos, a pesar de su buen rendimiento contra el Valladolid su permanencia en el Real Madrid se acaba de complicar por la lesión que le acaban de detectar: una lesión en el soleo derecho que lo marginará de jugar contra el Villarreal y del que aún no se cuanto tiempo deberá estar descansando.
Una tragedia lo de James, tenía el camino despejado para ser titular teniendo en cuenta las lesiones de Modric, Hazzard y Asensio, una lesión que de paso lo descarta para jugar esta temporada en el Real Madrid porque este era el momento para enamorar a Zidane y a la hinchada, para demostrar que es jugador del merengue pero otra vez las lesiones atacaron al jugador, las mismas lesiones que le impidieron jugar el pasado mundial de Rusia y que lo han sacado de la élite del fútbol.
James empezó también con una lesión la temporada infernal del 2015-2016 y ahora el problema es que los peores miedos, los que han impedido que los equipos más encopetados del mundo lo contraten, se hace realidad: James tiene un físico de cristal, el despliegue físico que se requiere para jugar en Europa siempre lo resiente. Ahora Zidane tiene la excusa perfecta para no usarlo: está lesionado, se toca con mucha frecuencia y nadie podrá torcer su mala suerte