Viene Juan Carlos de Borbón dizque a despedirse de todos los presidentes latinoamericanos que asisten a la posesión de Santos. ¿Quien lo invitó?, no sería propiamente la sociedad protectora de animales, ni tampoco la asociación de alcohólicos anónimos. ¿Será posible, que alguien de la embajada española, le haga saber al señor Juan Carlos, que desde hace años existe el correo electrónico para que escriba lo que quiera y a quien quiera?, puede despedirse sin causarnos problemas de presupuesto en nuestra cancillería. Sin causarnos problemas de embotellamiento, que ya suficiente tenemos con las horas de trancones diarias en Bogotá sin soluciones a la vista, sin causarnos problemas de asignación de agentes de seguridad, mientras los bogotanos vemos cómo la inseguridad hace parte obligatoria de nuestro día a día.
Sin que se vea precisado el gobierno, llevará unos cuantos funcionarios para que en algunas calles, agiten banderitas al lado de estudiantes de escuelas públicas y después que pasen los carros de la caravana, les den el día libre, como pago por su labor patriótica. No puede ser cierto que, un individuo a quien no quieren ver sus propios compatriotas, venga a contaminar con su presencia a Bogotá, que de hecho no aguanta más contaminación ambiental, visual y sonora.
Cómo estaremos de mal en la parte ambiental, que unos días después de tan inútil visita, llega Carlos De Inglaterra con Camila Parker, supuestamente en una visita de “buena voluntad”, para tratar precisamente temas ambientales. Y como al que no le gusta el caldo se le dan dos tazas, ya Felipe VI, nuevo rey de España, anunció que vendrá a continuación de Carlos el inglés. ¿En qué rifa nos habremos anotado y qué tipo de suerte nos persigue?, para que los inútiles se hayan fijado en Colombia. ¿Por qué no habrán pensado en Venezuela, Nicaragua, o Bolivia?. No, imposible. En ninguno de esos países tienen un Santos con ganas de portada en dos o tres periódicos y revistas de Europa, sin importar cuántos millones nos
