El New York Times era un periódico informativo cuyo lema era “Todas las noticias que se puedan imprimir”. En las últimas décadas, este diario estadounidense ha dado un vuelco a la izquierda y hoy en día su lema es “Todas las noticias que se puedan imprimir, siempre y cuando se ajusten a nuestro sesgo ideológico.” Un reciente artículo del NY Times, citando oficiales que hablaron para el diario bajo condición de anonimato, llevan al autor, Nicholas Casey, a concluir que órdenes recientes a las tropas que podrían dar pie a que reaparezcan comportamientos similares a esos que hace cerca de una década fueron base de los tristemente recordados ‘falsos positivos’. En otro artículo lleno de especulaciones, verdades a medias, y puntos de vista subjetivos, Casey intenta echarle la culpa de las deficiencias del Acuerdo de Paz al gobierno de Duque.
En respuesta a tan peregrinos y sesgados artículos, el comandante del Ejército, general Nicasio Martínez, argumentó que las exigencias a las tropas hacen parte de un ejercicio normal de proyección operacional en el que se aumentaron las metas por causa de la difícil situación de orden público que vive el país. Tanto Martínez como el presidente Duque han sido enfáticos en el sentido de que elevar las exigencias a sus hombres de ninguna manera implica salirse del marco del respeto de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario. Sin embargo, el comandante del ejército dijo que cambiará los formatos en los que solicitaba a sus oficiales comprometerse por escrito a aumentar sus resultados en operaciones de combate. Por otro lado, el ministro de Defensa Guillermo Botero reconoció que las muertes en combate han aumentado con respecto al mismo periodo del año pasado. Sin embargo, precisó que esto se debe a que han aumentado los operativos: “Se han registrado 107 muertes, 19 % más, pero con una intensificación de las operaciones superior al 110 %, quiere decir que proporcionalmente son muchísimo menor y hay cifras clarísimas de ello”.
El mayor protagonista de la violencia es el narcotráfico
y el conflicto no se termina
descrestando despistados diplomáticos y periodistas extranjeros
¿Pero por qué había que cambiar de chip del ejército? La respuesta no abre espacio a mucho debate: el país atraviesa una delicada situación de orden público en que nuevamente el mayor protagonista de la violencia es el narcotráfico y el conflicto no se termina descrestando despistados diplomáticos y periodistas extranjeros. El ágil periodista Juan Lozano así lo previó en una de sus columnas en septiembre del año pasado: “Acostumbrado como venía el general Mejía, comandante de las Fuerzas Militares a que los aplausos más fervorosos se los ganaba descrestando despistados diplomáticos extranjeros gracias a la elocuencia de sus discursos y su adornada retórica de la paz, ahora le toca “cambiar de chip”. Ahora le toca mostrar más resultados y recuperar los territorios que, tras la salida de las Farc, ocupó una maraña de actores armados. Ahora le toca enfrentar en serio la amenaza omnipresente del narcotráfico hoy desbordada. Ahora le toca evitar que criminales como Guacho los hagan quedar en ridículo. Ojalá toda esta opereta en la que los montó el tal Guacho, termine, por el bien de Colombia, con un resultado satisfactorio para el general Mejía y su cúpula. Si no es así, será escaso el margen de tiempo y maniobra que le dejarán para estructurar su nueva cúpula al presidente Duque, quien seguramente ya tendrá claras sus características diferenciadoras en términos de eficacia y operatividad para enfrentar este complejo panorama que heredó y seguramente estará calibrando las capacidades y aptitudes de los mejores generales de Colombia, que los hay muy buenos. Los conozco y me consta.”
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Apostilla: Un solo trino de María Fernanda Cabal fue suficiente para que el valiente periodista Casey saliera despavorido de Colombia a esconderse debajo de las enaguas del señor Trump. La cobarde huida de Casey –una gallina con más plumas que pluma- refleja tanto el talante del periodista, como del diario para el que escribe.