El caso de Ciro Guerra vuelve a poner en la mesa el tema del acoso al que muchas mujeres se exponen en un medio como el audiovisual. Independientemente de que si las acusaciones contra el director son ciertas o no, la realidad es que en un entorno como el del cine, la televisión y los medios, muchas jóvenes que inician sus carreras están expuestas a hombres poderosos que muchas veces se valen de su posición para aprovecharse de estas aspirantes a presentadoras o actrices.
No es la primera vez que un hombre con prestigio y reconocimiento en el medio recibe acusaciones similares. Apenas el año pasado la actriz Marcela Posada denunció públicamente al director Alí Humar. Según las acusaciones de Posada, este intentó aprovecharse de ella cuando era una joven actriz que apenas empezaba su carrera hace más de veinte años. Tampoco era la primera vez que Posada hablaba de esta situación. La actriz ya lo había hecho en ocasiones anteriores. Lo triste de esta situación es que al final todo quedó en nada. Fue solo escándalo de una semana. Pronto salieron otras noticias en los medios y nadie se acordaba de las denuncias.
Toda joven aspirante a actriz o a presentadora debe saber que tanto canales de televisión, estudios de grabación y medios de comunicación son escenarios donde están dadas las condiciones que posibilitan el acoso sexual. Lo peor del caso es que muchas veces, por ignorancia o ingenuidad, las mismas jóvenes terminan siendo cómplices silenciosas de estos personajes. A veces ni siquiera es fácil distinguir entre un cumplido o una insinuación sexual. Muchas veces las ansias de reconocimiento y el sueño de ser aplaudida por el talento hace que el sentido común se nuble y toca convivir con el acoso sexual.
Muy posiblemente el caso de Ciro Guerra también se convierta en periódico de ayer. Las acusaciones pasarán desapercibidas y no habrá ninguna consecuencia en su contra. A pesar de ello, si las acusaciones eran ciertas, muy seguramente lo pensará dos veces antes de caer en una conducta similar con otra mujer. De la misma manera habrá otros individuos que también serán más precavidos antes de incurrir en estas conductas. Nadie querrá un escándalo como este.
Hay que reconocer que las cosas están cambiando. Movimientos como el #MeToo en Estados Unidos han dado conciencia sobre cosas de las que antes no se tenía. La normalización del acoso sexual contra la mujer no puede ser aceptada desde ningún punto de vista. En décadas pasadas hubo varias mujeres que ni siquiera podían identificarlo porque era parte de su ambiente. Es gratificante saber que esto está cambiando y que el mundo que vivirán nuestras hijas será mejor que el de hoy.