Elsa Zambrano presenta sus últimos trabajos: llevan como título “Sincronías” en la Galería Beatriz Esguerra y resulta interesante poder observar las versiones en pintura y una puesta en escena en cajas -instalaciones en miniatura- donde interpreta o cambiar el comentario de la obra y del artista. Es una manera de interpretar la forma de pensar sobre los artistas que le llaman a atención en sus múltiples visitas a museos. Porque es una viajera de museos. El pensamiento es conducta. Y en este trabajo existe un nuevo marco de pensamiento. Los nuevos problemas y sugerencias se derivan de su innovación. La pintura –que yo no conocía- y las cajas animadas por unas mini instalaciones tienen una doble función en su mundo conceptual. En esta muestra esa doble lectura está más allá porque se trata de la de la guerra. Cualquier de las infinitas guerras.
Por ejemplo, se encuentra la instalación de Wei Wei en donde el artista chino retoma la guerra en las figuras pintadas en platos de porcelana y Elsa en su propuesta utiliza la redondez como simulacro para organizar en la entrada de la galería “Los Desastres de la Guerra” de Francisco de Goya que son imágenes terribles sobre condición humana.
También interpreta de manera audaz el Guernica de Picasso que lo pintó el artista en abril de 1937 y es su obra magistral y, Elsa Zambrano resalta en pintura, la madre con el niño muerto. El Guernica es una obra monumental que se encuentra en el Museo Reina Sofía en Madrid y se la solicitó al gobierno de la Segunda República Española para hacerla pública en la Exposición Internacional en París en 1937.
Elsa construye el fondo con un rompecabezas. Que es una manera lúdica de expresar el horror. También hay en la exposición otros trabajos sobre Picasso: él y sus mujeres que también fueron verdaderas batallas humanas donde todas ellas salieron muy mal de la relación. Y otra, en donde ella propone una conjetura maravillosa entre Picasso y Botero.
El belga surrealista René Magritte es otro de sus temas en esta exposición. El beso ciego de dos seres sin rostro porque a sus caras los cubre una tela. ¿Será la guerra del amor y del desamor? Será mejor la distancia y el otro, es un cuadro donde Magritte pone en la cara de un hombre una enorme manzana que no permite verle el rostro. Elsa Zambrano conjuga en su tema sobre la guerra y a la cabeza de Magritte la con la paloma de la paz de Picasso. Todos los símbolos se mezclan. Eso sí, con su estilo muy personal.
En la sociología del arte de Piere Francastel afirma que el arte es uno de los instrumentos mediante los cuales se trata de conocer mejor las necesidades de la sociedad actual y, nada más actual en estos momentos de guerra