La lucha contra la COVID-19 ha puesto a cada líder o lideresa en su lugar. Una de las gobernantes más aplaudidas ha sido Angela Merkel, canciller de Alemania, quien a pesar del alto número de contagios en su país mantiene el virus a raya por las medidas que está tomando. Hace tan solo unos días aseguró que de mantener la tendencia de contagio, al entrar en una etapa de "supresión", el sistema de salud podrá aguantar y atender a todos los enfermos.
Pero no solo ella se ha destacado por la forma en que ha manejado la crisis que azota al mundo. Taiwán es un caso de aplaudir. Su gobernante Tsai Ing-wen quedó en el panorama internacional al registrar, al 12 de abril, solo 6 muertes. En Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, no dudó en decretar la cuarentena total apenas comenzando los contagios y hoy la isla solo registra 4 personas fallecidas. En Islandia la primera ministra Katrín Jakobsdóttir también se ha llevado varios aplausos por su estrategia: solo 8 muertos.
Finlandia escogió en diciembre pasado a Sanna Marin como la jefa de Estado más joven del mundo, una sabia decisión que hoy tiene resultados ante la pandemia. Marin se apoyó en el liderazgo joven usando las redes sociales para difundir las medidas que se tomaron en el país, que registra 48 fallecidos.