John F. Kennedy solía decir que ‘los niños son el recurso más importante del mundo y la mejor esperanza para el futuro’. En Colombia tristemente a esta frase no se le da la importancia debida, dado que son precisamente los niños las victimas de muchísimas injusticias; desde hambre, pasando por abandono y deserción escolar, hasta atrocidades como el reclutamiento.
El Gobierno, a través del Comisionado de Paz, ha dicho en muchas ocasiones que el tema de los niños reclutados se ha tratado en todas las reuniones con las Farc, que esto fue prioridad en las negociaciones y que lo es ahora en la implementación y que prueba de ello es la extensa cantidad de comunicados conjuntos sobre el tema. La realidad es que parece que el tratamiento que le han dado ha sido de tema terciario.
El 16 de mayo de 2016, las Farc se comprometieron a empezar a liberar a los niños y jóvenes que tenían reclutados en sus filas. Sin embargo, no fue sino hasta el 13 de septiembre, dos semanas antes del plebiscito, que el grupo armado liberó a 13 niños, entregándolos a la Cruz Roja. Desde entonces no ha salido ningún menor de sus filas.
No puede dejar uno de pensar que la liberación de estos 13 niños fue una movida del Gobierno y las Farc, pensando en los réditos electorales que esta noticia podía generar en los colombianos que votarían el 2 de octubre.
Hoy, casi 2 meses después de que el Congreso refrendara a pupitrazo el Acuerdo de Paz y que los colombianos ya empezamos a vivir el llamado 'postconflico' nada se sabe aún de los niños en poder del grupo armado. Según cifras de la Fiscalía General, a 2014 el grupo tenia 11556 menores. Hoy ni Gobierno ni Farc saben exactamente cuántos jóvenes reclutados tienen, y no se vislumbra la voluntad de liberarlos.
¿Será que la falta de voluntad de las Farc se debe a la asesoría de su abogado Enrique Santiago? Un tema debe pasarles por la cabeza: si liberan los niños, automáticamente estarían aceptando que reclutaron sistemáticamente, lo que se constituye en el reconocimiento de un delito de lesa humanidad que de ninguna manera puede ser amnistiable. No puede ser que la liberación de estos jóvenes este condicionada al temor de sus captores de ir a pagar por sus crímenes.
Muchas voces se han sumado para pedir la liberación de estos niños, desde el Congreso y la sociedad civil diariamente se presiona para que este tema humanitario llegue a feliz término. Iniciativas como 'Entreguen los Niños Ya', liderada por la joven Natalia Bedoya, buscan visibilizar a las miles de víctimas anónimas de este flagelo. Las respuestas a este llamado siempre dejan mucho que desear.
El Gobierno debe exigir la liberación inmediata de todos los niños y jóvenes reclutados, basta ya de comunicados conjuntos que de nada sirven, puede que el Gobierno tenga mucha paciencia, pero los colombianos ya no.