En estos días encontramos a varias personas desconcertadas por el riesgo financiero de un país que está castigando a la industria extractiva en beneficio del medio ambiente. Pero también veo uno que otro trabajador del sector que llama a la comunidad virtual a que no crea en una falsa ideología ambiental que sigue en su marcha cerrándole las puertas al sector en la cara.
Trabajé durante mas de tres años en esta industria y creo que lo que están castigando las verdaderas comunidades va mas allá de lo ambiental, pero no hay nada más atractivo para los medios y las nuevas generaciones que la onda verde y esta estrategia ha venido funcionando bien. Lo que desconcierta es que precisamente los estándares de medio ambiente son altos con relación a cualquier otro sector y ni hablar de la cultura de seguridad industrial, eso si es como un chip. ¿Pero entonces por qué los resultados tan contundentes en las consultas?
Póngase en los zapatos de un votante por el no: lleva años viendo cómo detrás de un proyecto de exploración o extracción llegan una cantidad de foráneos en camionetas, personal calificado y no calificado detrás de los puestos que ofrecen, además diciendo que ahora ellos son de la comunidad. Abren restaurantes, llegan carrotanques, camionetas busetas y empresarios jóvenes del transporte, abren parqueaderos para maquinaria, abren chongos (bares de luz fluorescente), generando intranquilidad a cientos de familias por esto desconocido, pero a su vez tan atractivo por el billete fácil. Ven luego de un tiempo que los beneficios siguen en manos de pocos con poderes y fuerzas que no pueden confrontar y que en últimas deben aceptar en silencio. ¿Cómo esta persona frente a la oportunidad de sacarse el clavo no va a ir a decir no, cuando es su oportunidad de rechazarlo de una manera contundente?
Las empresas en sus más altos niveles piensan que son responsables porque sus indicadores de trabajo local y de contratación de servicios están cumpliendo, a veces con creces y que todos sus altos estándares los tienen bajo seguro (GRI, PG, ISO26000, 14001, 9001, 18001 etc). Algunos enfocan su responsabilidad social en donaciones o regalos, kits escolares motos o vacas. Se habla de proyectos que fortalecen a proveedores locales, pero ¿será que son locales? Algunas empiezan a pensar en proyectos para retornar a la población a su vocación original, pero trate de quitarle el dulce al niño. En fin, esfuerzos presupuestales para dejar tranquilas a las comunidades.
Las comunidades son representadas por Pedro, Miguel y doña Sara, pues dicen que ellos manejan todo allá. Ellos deciden quienes trabajan y que proveedores son los que sirven. Intermediadores dicen algunos, negociantes dicen otros, pero en últimas hoy por las manifestaciones comunitarias nos damos cuenta de que en algunas zonas no representan los intereses de la verdadera comunidad. Y la industria no entiende lo sucedido pues sus reportes les aseguraban que tenían las mejores relaciones con ellos, los asuntos relevantes o materiales los tenían mapeados y se estaba trabajando en ellos bajo los mas altos estándares. Se deben sentir hasta traicionados.
Y el presidente, ministro de minas y energía, los gremios y gobiernos locales ven con afán que esa platica de los inversionistas y de regalías se ve reducidas drásticamente. Sin embargo, cuando las empresas del sector los llamaron para que los acompañaran en proyectos de desarrollo social de alto impacto los dejaron solos diciendo que no justificaba aportar más con la renta que generaban las empresas. Mientras tanto, la corrupción rampante y las regalías malgastadas en elefantes blancos a los ojos de todos.
Este es como un brochazo así por encima. A futuro, sociólogos y antropólogos, para entender cómo relacionarse verdaderamente con las comunidades, replanteen el modelo reuniones o socializaciones con los mal llamados líderes comunitarios. Dos o tres no son la comunidad para realizar acuerdos. También, tómense el tiempo para identificar a la comunidad de verdad, a los locales, a las mamás, a los abuelos, a los jóvenes.
No más listas de chequeo para decir que todo está listo para iniciar y nunca llevarles el ESMAD. Entender que los afanes de las licitaciones y tiempos hoy no valen y que mejor es tomarse el tiempo para establecer relaciones de confianza. Entender que cuando uno habla de dar trabajo local no es tener una proporción de 80 expertos 20 locales sino al revés, hay muchos locales expertos o se pueden volver mas expertos. Y entre otras el gobierno debe entregar los bloques con verdadera viabilidad social, ¡Qué es esa vagabundería de trazar líneas en un plano y licitarlas! Que pongan en práctica todas esas guías que han elaborado ojalá involucrando a los que habitan el territorio. Yo creo que está demostrado que no hay un sentido estratégico de la sostenibilidad de las operaciones extractivas en Colombia.
Los locales se cansaron de ver cómo seguían en las mismas y a veces peor que cuando esta industria no había llegado a sus territorios. Les tomó tiempo entender que su tranquilidad vale más que el oro (negro, verde o amarillo) y la bandera verde les sirvió para el propósito de sacarlos como perros. Ahora las empresas y el gobierno tendrán el sabor amargo de tener que llevarse los barriles limpios pero con la lengua, a menos que vayan a desconocer los resultados de las consultas.
