La idea de construir el monumento nació de un partido de ajedrez entre miembros de la primera línea de Puerto Resistencia en Cali. Querían tener presente todo lo que ha pasado en sus luchas desde el 28 de abril. Entre la lluvia de ideas que hubo esa noche, la representación de un brazo fue la que más votos obtuvo.
Una propuesta se socializó en la mañana del 22 de mayo y en la tarde de ese mismo día ya la comunidad empezaba a reunir los primeros materiales para darle inicio a la tarea propuesta. Vecinos de la zona llegaban con varillas viejas, arena, cemento y pinturas. Se establecieron horarios de relevo con turnos de 8 horas y se pusieron a trabajar grupos de al menos 25 personas para completar la construcción del gigante. En 16 días se finiquitó “El monumento de la Resistencia”.
La idea estuvo inspirada en dos monumentos. Uno de éstos fue el Monumento al Holocausto, ubicado en Miami Beach, una de las ciudades de Estados Unidos con importante población judía.
Una mano de bronce de 13 metros por la que trepan cientos de figuras humanas atormentadas y un túnel de piedra con los nombres de los campos de concentración grabados en las paredes. En un muro alrededor de la escultura se encuentran grabados miles de nombres de las millones de judíos asesinados los Nazis a órdenes de Hitler.
La Mano de la Paz, Kuşadası, en Turquia fue otro de las esculturas inspiradoras. Está construido al al frente de la Costa del mar Egeo, en un lugar muy visible en el puerto de desembarque de los buques y cruceros en dicho pueblo turístico.
Su construcción busca inmortalizar las adversidades vividas y las vidas perdidas de marineros y pesqueros turcos que buscaron llegar a este lugar, conocido como “La isla de los pájaros”, pero que perecieron en el intento.
El “Monumento de la Resistencia” está ubicado en toda la mitad de los ocho carriles de la autopista Simón Bolívar, a la altura del sector antes conocido como Puerto Rellena. Mide alrededor de 15 metros y, según la versión de algunos de sus constructores, representa la mano poderosa de Kay Kimi Krachi, un dios maya de la batalla.
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