Las EPS en Colombia, ¿más peligrosas que el mismo coronavirus?

Las EPS en Colombia, ¿más peligrosas que el mismo coronavirus?

"Por más que se invierta billones al sistema de salud, el problema está en la estructura de la ley por los muchos beneficios a las EPS, que puedan hacer lo que quieran"

Por: Simón Delgado Marulanda
abril 03, 2020
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Las EPS en Colombia, ¿más peligrosas que el mismo coronavirus?

Tuvo que llegar una pandemia de proporciones mortales para rebosar la copa de inconformidad y para que consigo estallara el rechazo colectivo a un sistema de salud perverso que lleva 26 años de robos sistemáticos a la salud pública bajo la complicidad de gobiernos burocráticos y clientelistas que han privilegiado el dinero sobre la vida.

El sistema de salud colombiano es una copia del modelo instaurado en Chile durante la dictadura de Augusto Pinochet dónde su principal característica es transformar la salud en una empresa. Su implementación en Colombia inicia con la presentación del proyecto de ley 100 expuesto en 1993 por el entonces senador Álvaro Uribe Vélez.

La ley 100 establece la creación de dos regímenes: el subsidiado y el contributivo, en el primero se encuentra la población sin capacidad de pago la cual es subsidiada por el Estado y el FOSYGA que es un fondo donde se recaudan los dineros que se aportan al sistema para después ser destinados a las EPS que atienden este régimen, y en el segundo se encuentran las personas que cotizan para salud es decir que pagan. Paralelo a esto surgen las Entidades prestadoras de salud (EPS) y las Instituciones prestadoras de salud (IPS), las primeras son EMPRESAS que se encargan de afiliar a las personas, recaudar sus cotizaciones y facilitar la compensación con el FOSYGA, administran el riesgo de salud de sus afiliados y prestan los servicios del Plan Obligatorio de Salud (POS) y las segundas son los lugares como clínicas y hospitales donde se atienden a los pacientes, estas IPS dependen directamente del giro de recursos por parte de las EPS.

Producto de esta coexistencia surge la integración vertical que es un primer eslabón para entender cómo funciona la corrupción entre estas dos entidades: Como las EPS son empresas necesitan ganar, por ello estás se adueñan o construyen sus propias IPS para generar un monopolio con el cual se darán órdenes para reducir gastos de operación: negar tratamientos costosos, demorar la prestación del servicio o no dar citas con especialistas.

Vemos que el resultado de esta ley fue convertir al Estado en una entidad contratista de servicios a través de principios clientelistas. Las EPS actúan como empresas privadas de intermediación listas para administrar la salud pública, de esta manera el Estado queda exonerado de toda responsabilidad y solo se encargaría de girar dineros y "vigilar" el actuar de las EPS, pero esto no se cumple porque existen intereses individuales entre accionistas de las empresas y miembros del gobierno.

Y es que se encuentra inaudito que un sistema de salud este cimentado sobre la idea empresarial de hacer dinero cuando la vida y salud de los colombianos no tiene por qué generarle ganancias a nadie por el contrario en ella se debe de invertir para proporcionar un servicio eficiente sin ánimo de lucro; la implementación de la ley 100 y que está aún perdure en los años no tiene otra lógica más que la de privilegiar económicamente ciertos sectores a costa de la salud de todo un país.

¿Cómo ganan las EPS?

Las EPS administran nuestro dinero y en la medida en qué disminuyan sus gastos en la atención de los pacientes lo que están haciendo es aumentar su capital, esto explica las condiciones precarias de los hospitales, tal y como lo denuncio Juan Carlos Giraldo, director de la Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas cuando aseguro que Las Empresas Prestadoras de Salud (EPS) del régimen subsidiado y contributivo tienen deudas cercanas a los $31 billones con los hospitales y clínicas del país; y es que es obvio invertir en estas es gastar plata que pueden ser ganancias para las EPS.

Otra forma de ganar es por la cantidad de afiliados que tengan eso sin importar si la empresa está en la capacidad de responderle a todos, esto debido a que el Estado le gira a las EPS anualmente una unidad de pago por capitación (UPC) que básicamente es un dinero por cada afiliado, esto es alrededor de $892.591 pesos; ese es el valor que le invierte el Estado en salud anualmente a cada colombiano. Entonces si usted cómo EPS tiene más afiliados pues más plata le girará el Estado, aquí hay otro desfalco porque muchas EPS duplican cédulas, registran muertos y hasta se inventan pacientes para sacarle más al sistema y no es precisamente para invertirlo en su salud.

Como si esto fuera poco también se las ingeniaron para ganar plata con la facturación de medicamentos: las EPS tienen proveedores que son empresas de su mismo grupo económico que con integración comercial lo que hacen es facturar los medicamentos con altos sobrecostos para después enviar al FOSYGA esas facturas dado que este fondo está en la obligación de paga el costo de los medicamentos dados por las EPS a las personas del régimen subsidiado; lo que hacen es formularle al paciente algo barato (acetaminofén) pero las EPS con sus proveedores incrementan el costo de ese acetaminofén para que el dinero que le tenga que girar el FOSYGA pues aumente.

Pero coloquémonos en la posición de un empresario dueño de una EPS, si yo le pago una póliza a cambio de un plan de beneficios y le digo: usted con eso tiene que ganar sus utilidades y atenderme, estamos obligando a ese operador a tratar de gastarse menos para ganar más, inevitablemente se va a derivar que se pongan barreras a los usuarios para que no consuman tantos servicios, que se contraten muy barato a médicos y hospitales, que se ordene la formulación de medicamentos y tratamientos baratos y en general que se dilaten los procesos para que al final sean los pacientes quienes tengan que costear los procedimientos .

Que todo lo anteriormente descrito suceda tiene tan solo una causa y es un problema que viene desde la estructura misma de la ley porque si teníamos unas EPS súper poderosas que administran los recursos, deciden el tratamiento, dirigen pacientes y casi que liquidan o no las IPS, lo mínimo seria haberles montado un ente de vigilancia supremamente riguroso, pero la ley 100 esto no lo estableció.

Los pésimos resultados de la implementación de esta ley son evidentes, Colombia aparece como el país de América Latina con la cobertura más alta en salud, superando el 95% de su población sin embargo el 70% de los afiliados está insatisfecho con el servicio según una encuesta del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), por otra parte en sus 26 años de existencia han sido intervenidas o liquidadas 21 EPS lo que demuestra el fracaso de estas, un claro ejemplo es Saludcoop que fuese la EPS más grande y poderosa del país pero que terminó intervenida por los malos manejos, que, según las investigaciones, desviaron una suma superior a los 1,4 billones de pesos, esta entidad había inflado sus cuentas de medicamentos en 800 mil millones de pesos y aumento como empresa su tamaño 300 veces desde su fundación. Cabe destacar que Lina Moreno fue la principal accionista de Saludcoop, inclusive desde cuando su esposo Alvaro Uribe era el Presidente de la república.

Nos hemos dado cuenta que la intermediación de las EPS entre el dinero del Estado y los hospitales lo único que ha hecho es generar un efecto embudo de corrupción donde los dineros girados son desviados, mal invertidos, robados y desaparecidos por las manos negras detrás de estas empresas privadas que impiden que el dinero de nuestros impuestos sea invertido en centros de salud, tratamientos, medicamentos, pago de médicos y en general a los fines que están dispuestos.

Al gobierno no le ha bastado con 26 años de fracasos, con 21 EPS intervenidas y con un déficit fiscal en el sector fruto de los miles de millones que las EMPRESAS prestadoras de servicios han desaparecido. Hoy frente al problema sanitario que aqueja el país las EPS aparecen de nuevo en el escenario de las soluciones pero ¿a quién se le ocurre esto?  A quien se le ocurre asignarle a los culpables de nuestras desgracias el control del covid-19. Le están delegando a una empresa con lógica de ganancia algo que no da ganancias, que es detectar la enfermedad en el mayor número de personas posibles.

Conclusión: el déficit en salud no se solucionara por más que el gobierno invierta billones al sistema, el problema está en la estructura de la ley porque le dimos muchos beneficios a las EPS para que puedan hacer lo que quieran y por ende robar como sea.

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