El Departamento Nacional de Planeación, DNP, publicó la semana pasada el listado de entidades territoriales del Cauca y del departamento del Valle del Cauca que tuvieron un DESEMPEÑO NO ADECUADO en el Índice de Gestión de Proyectos con Regalías (IGPR), en los dos últimos años.
Fue una noticia publicada en la Red de Medios de Comunicación Proclama del Cauca y Valle como un servicio de cumplimiento al derecho de las comunidades a estar debida y oportunamente bien informadas.
Sin embargo, algunos alcaldes, que no se molestaron con su propio equipo administrativo como responsable de los resultados, ni con la misma institución oficial que realizó la evaluación, se vinieron lanza en ristre a descalificar el trabajo periodístico y a hacernos aclaraciones sin objetivos pues han debido hacer las respectivas contextualización y aclaraciones administrativas a la institución que los vigila y controla dentro de sus competencias.
El medio de comunicación Proclama del Cauca y Valle, por más aclaraciones que le hagan, no es la entidad que podrá resolver la falta de gestión evidenciada. No es nunca esa nuestra función, ni mucho menos suplantar el cometido de alguna institución oficial.
Nosotros sí estamos obligados a aclararles a los mandatarios locales que expidieron respuestas “aclarando” a Proclama del Cauca, que es al Departamento Nacional de Planeación, como administrador del Sistema de Seguimiento, Evaluación y Control (SSEC) del Sistema General de Regalías (SGR), según la ley 2056 del 30 de septiembre del 2020, al que deben hacerles sus “aclaraciones” porque es la entidad competente. No es a Proclama del Cauca y Valle, aunque este medio sí debe publicar los resultados y las noticias e investigaciones sobre la gestión pública.
Lo que hace esta Red de Medios de Comunicación es vigilar el cumplimiento de la Ley y publicar los resultados de la vigilancia y control de carácter administrativo preventivo. Igualmente, informar a las comunidades sobre el reporte a órganos de control de situaciones irregulares identificadas en el manejo de los recursos de regalías.
Obviamente, también nos corresponde realizar las investigaciones periodísticas sobre avances y resultados, sobre los riesgos en el uso eficaz y eficiente de los recursos del Sistema, en términos de alcance, tiempo, costo y calidad, para que los recursos públicos se traduzcan en mejor calidad de vida, contribuyendo a una efectiva gestión pública orientada a resultados.
Control Social
Además, las poblaciones también tienen deberes: El control social es el derecho y el deber de los ciudadanos a participar de manera individual o a través de sus organizaciones, redes sociales e instituciones, en la vigilancia de la gestión pública y sus resultados.
Se llama Auditores Ciudadanos, que es la herramienta tecnológica creada por el DNP que busca promover la participación ciudadana, de forma autónoma, para el control social a los proyectos de inversión financiados con recursos del SGR.
Matar al mensajero
En esta circunstancia, me hicieron acordar los protestantes, del documental Matar al mensajero, un homenaje al periodista Gary Webb, ganador de dos premios Pulitzer, que trabajaba en el modesto periódico San José Mercury News.
Resulta que, en agosto de 1996, Webb destapó el vínculo entre los servicios de espionaje estadounidense y el contrabando de cocaína procedente de Nicaragua, con una serie de denuncias que recopiló en su libro titulado Alianza oscura.
Tras la publicación, en apenas unas semanas, Webb se encontró acorralado, y muchos personajes no dudaron en “aclarar” que el análisis realizado por el reportero carecía de credibilidad.
Webb fue encontrado muerto en el 10 de diciembre de 2004. Suicidio o asesinato, lo que nadie parece negar es que su muerte estuvo relacionada directamente con la investigación periodística que le hizo tristemente famoso. El mensaje sobrevivió.
La desinformación
En el debate público, que a través de las redes sociales algunos alcaldes le plantearon a Proclama del Cauca y Valle, no faltaron los respectivos “fans”, admiradores, seguidores apasionados o funcionarios de la misma administración pública que sin soportes demostrables calificaron el trabajo periodístico de “desinformación” para desacreditarnos o desprestigiarnos, como estrategia para minimizar las mediocridades administrativas.
Tenemos entonces que precisar que nunca publicamos información falsa con la intención deliberada de engañar y manipular a nadie. Nuestro profesionalismo y ética no nos permite diseñar nada para causar daño. Por eso, somos el medio de mayor credibilidad y confianza en las comunidades caucanas, y vallunas, y eso nunca lo vamos a violar, porque precisamente, es nuestro patrimonio.
Nuestra financiación
Como también se dijo en algunos apartes de las redes sociales que Proclama del Cauca y Valle descalificaba funcionarios porque no le otorgaban pauta, como es un contrasentido, tenemos que declarar que en pocos meses la organización periodística cumplirá 40 años de servicios a las comunidades como una empresa solidaria formalizada, legalizada y cumplidora de todos los requerimientos legales y administrativos exigidos para cumplir con sus objetivos sociales, que no vende noticias ni editoriales para financiarse. Seríamos también cómplices de la corrupción.
Esta es una empresa asociativa de trabajo con más de 20 periodistas copartícipes directos, además de una cantidad similar de respetables colaboradores indirectos, que como toda empresa debe ser sostenible financieramente.
Por esa razón, legalmente, estamos facultados para ofrecer nuestros servicios editoriales para la publicación y difusión masiva de toda clase de informes, manejo de planes institucionales de medios, edición de libros y revistas, publicidad privada y oficial, asesorías institucionales y capacitación en comunicaciones con profesionales debidamente calificados, organización de eventos culturales y periodísticos, venta de suscripciones, avisos clasificados y edictos, tecnología para el desarrollo social de las comunidades, entre otras ofertas que nos permiten la financiación empresarial.
En resumen, somos un grupo de periodistas que no ignoramos la ética y marchamos tras la verdad, tratando de documentarla y divulgarla, considerados auténticos soldados al servicio del bien y del orden, que, si bien nos arriesgamos en investigaciones sobre la corrupción, el crimen y la falta de garantías democráticas, y hemos sufrido agresiones y persecuciones, somos ciudadanos inmersos en un mundo socioeconómico que nos obliga a ser sostenibles económicamente, para bien de toda la sociedad.
Estigmatizar y hostigar a periodistas críticos y acusarlos de trabajar para conspiraciones recónditas son elementos comunes del manual de la corrupción. En lugar de matar al mensajero, enfoquémonos en el mensaje, porque el periodista no es el protagonista de la información.
* Por Alfonso Luna Geller, director Proclama Cauca y Valle.